El ejercicio de resistencia puede mejorar los síntomas físicos y mentales del Covid persistente

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Un equipo de investigadores de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) ha mostrado que un programa de tres meses de ejercicio de resistencia puede ayudar a mejorar los síntomas físicos y mentales de aquellos pacientes con Covid persistente, unos beneficios que también se replican en aquellas personas que han superado una infección grave por Covid-19.



Los resultados del estudio, presentado en las Sesiones Científicas Anuales 2025 de la Asociación Americana del Corazón y publicado en la revista 'JAMA Network', ha demostrado que los participantes del programa de ejercicio han obtenido una mayor fuerza de agarre después y una mejor calidad de vida, con menos ansiedad y depresión, en comparación con los participantes que no realizaron este programa.



Tras los tres meses, quienes participaron en el programa de entrenamiento de resistencia del ensayo también lograron caminar distancias "significativamente mayores" en la prueba de marcha de lanzadera.



"Nuestro estudio demuestra los beneficios del entrenamiento de resistencia en la recuperación de la Covid-19 y sugiere que las personas afectadas por síntomas persistentes tras la Covid-19 podrían beneficiarse al adoptar este tipo de ejercicio", ha declarado el investigador principal del estudio CISCO y catedrático de Cardiología e Imagenología en la Universidad de Glasgow, Colin Berry.



Tras ello, ha expresado que estos resultados representan otro "avance alentador" y que contribuyen a una mayor comprensión colectiva sobre el tratamiento de esta afección.



ANÁLISIS DE MÁS DE 230 PACIENTES


En el estudio también han participado el Servicio Nacional de Salud del Gran Glasgow y Clyde, la Universidad de Dundee (Reino Unido) y el Servicio Nacional de Salud de Tayside (Reino Unido), y se ha estudiado a más de 230 personas diagnosticadas previamente con Covid-19, ya sea en un centro de Atención Primaria o en un hospital.



Los participantes han sido asignados aleatoriamente al grupo con programa de entrentamiento de resistencia y al que no lo incluía, recibiendo en el primer caso tres categorías de ejercicios, con instrucciones personalizadas según su estado de salud y capacidad.



Inicialmente, a los pacientes encamados se les pidió que hicieran ejercicio acostados, mientras que a los participantes en recuperación se les indicaron ejercicios sentados o de pie. Todos los participantes debían realizar ejercicios de la parte superior del cuerpo al principio, e incorporar los de la parte inferior solo en la tercera semana.



"Los ejercicios se diseñaron para ser seguros, sencillos y fáciles de realizar donde y cuando resultara más conveniente para el participante, lo que significa que se puede implementar fácilmente en la comunidad de personas con Covid persistente", ha afirmado el director del diseño de la intervención con ejercicios y profesor de Salud Muscular y Metabólica de la Universidad de Glasgow, Stuart Gray.



Es por ello por lo que ha calificado de "sumamente alentador" el hecho de observar que esta intervención ha resultado eficaz a la hora de mejorar la función física, la salud mental y la calidad de vida.




europapress