MADRID 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estonia, Alar Karis, ha presentado al Tribunal Supremo la ley sobre religiones y congregaciones para su análisis ante la posibilidad de que varias de las nuevas enmiendas sean inconstitucionales; se trata de un norma elaborada en un intento por contener la influencia de la Iglesia Ortodoxa rusa.
Karis cree que algunas de estas nuevas disposiciones pueden chocar con algunos artículos de la Constitución, por lo que podrían "crear más problemas en lugar de resolverlos" y apunta que incluso los riesgos a la seguridad podrían aumentar".
"Si el texto de la ley es confuso, ambiguo y se interpreta de forma irrazonablemente amplia, podría crear más problemas en lugar de resolverlos", ha valorado el presidente estonio, quien cree que el Estado ya cuenta con "medios legales" para controlar la influencia rusa, recoge la cadena estatal ERR.
"La ley actual no solo permite, sino que también exige un control exhaustivo de las asociaciones religiosas. El Código Penal tipifica la traición como delito e incluye las actividades de influencia informativa. Por lo tanto, el problema no es la falta de medios, sino su uso limitado o inadecuado", ha explicado.
Para Karis bastaría que las organizaciones extranjeras rompieran únicamente con sus vínculos administrativos y económicos con entidades extranjeras, no dogmáticos, y advierte de que nada impediría que las restricciones que incluyen estas nuevas enmiendas se pudieran aplicar en el futuro a partidos políticos.
Se trata de la segunda vez que Karis rechaza firmar la norma, después de que el primer veto fuera anulado por el Parlamento, como respuesta del Gobierno al apoyo de la Iglesia Ortodoxa rusa a la invasión de Ucrania.
Estonia cuenta con una gran minoría rusa, con cerca de 400.000 personas del 1,3 millones de habitantes censados aproximadamente. Unos 100.000 fieles pertenecen a la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Moscú.