​La “Singularidad” está muy cerca

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En 2005, Ray Kurzweil publicó La Singularidad está cerca, una obra emblemática que propuso una idea radical: tanto la biología como la tecnología evolucionan de forma exponencial, no lineal. La diferencia está en el ritmo. La evolución biológica tardó millones de años en revelar su curva exponencial. La tecnología, en cambio, acelera visiblemente en cuestión de décadas. Se aproxima un momento en que la evolución tecnológica superará a la biológica, transformando a la humanidad de forma singular. Ese momento está cerca.


Kurzweil no ve esto como una sustitución de la humanidad, sino como su expansión. La fusión entre la inteligencia humana y la tecnología redefinirá lo que significa ser humano. Hasta ahora, la biología ha permitido que la humanidad dé saltos tecnológicos. Pero la Singularidad marcará el punto en que la tecnología ya no dependerá de la biología para evolucionar. Será autosuficiente. La inteligencia no biológica superará a la inteligencia biológica.


Esta idea fue articulada por primera vez por el matemático británico John Good en 1965, en su ensayo Especulaciones sobre la primera máquina ultrainteligente. Allí escribió:


“Definamos una máquina ultrainteligente como aquella que puede superar ampliamente todas las actividades intelectuales de cualquier hombre, por muy inteligente que sea. Dado que el diseño de máquinas es una de esas actividades intelectuales, una máquina ultrainteligente podría diseñar máquinas aún mejores; entonces habría, sin duda, una ‘explosión de inteligencia’, y la inteligencia humana quedaría muy atrás. Así, la primera máquina ultrainteligente sería la última invención que el hombre necesitaría hacer.”


Kurzweil formalizó esta trayectoria mediante lo que llamó la Ley de Rendimientos Acelerados. La Ley de Moore —según la cual el número de transistores en un chip se duplica aproximadamente cada dos años— es solo un ejemplo. Pero Kurzweil sostiene que este principio se aplica a todas las tecnologías. Cada nuevo avance proporciona las herramientas y el conocimiento para crear el siguiente, más rápido y potente. Esto genera un bucle de retroalimentación acelerada, no un progreso lineal.


“La fusión de la tecnología humana con la inteligencia humana resultará de la integración del vasto conocimiento incrustado en nuestros cerebros con la capacidad, velocidad y habilidad de compartir conocimientos mucho mayores de nuestra tecnología. Permitirá que nuestra civilización humano-máquina trascienda las limitaciones del cerebro humano, con sus meras cien billones de conexiones extremadamente lentas.”


—La Singularidad está cerca, capítulo 1

Kurzweil imagina un futuro en el que los problemas humanos ancestrales —la enfermedad, el envejecimiento, incluso la muerte— puedan superarse. Pero también advierte: las mismas herramientas que amplifican la creatividad pueden amplificar las tendencias destructivas. La historia completa de la Singularidad, dice, aún no ha sido escrita.


Una de sus implicancias más profundas es la transformación de nuestra capacidad de comprensión. Al fusionarnos con la tecnología, seremos mucho más inteligentes. Kurzweil imagina un escenario en el que mil científicos, cada uno mil veces más inteligente y rápido que los actuales, podrían comprimir un milenio de progreso en un solo año. Y como su inteligencia ya no sería fija, podrían rediseñar su propia cognición para pensar aún más rápido.


Hay parte de este planteamiento que comparto: la evolución de la tecnología, especialmente cuando lleguemos a la inteligencia artificial general, cambiará la forma en que aquélla sucede. Efectivamente, con inteligencia artificial general será ésta misma la que podrá evolucionar la tecnología sin ayuda humana. Pero difiero con Kurzweil en su visión sobre la evolución biológica a partir de la evolución tecnológica autosustentada. La biología es parte de la naturaleza; la tecnología, no. Por lo tanto, la biología tiene ciertos límites que no pueden ser traspasados. Y creo que la longevidad es uno de ellos. No creo que por la vía de la tecnología lleguemos a la inmortalidad.


En cualquier caso, el debate está abierto, y la “Singularidad” está muy cerca.


Alfredo Barriga

Profesor UDP

Tomado del libro “Presente Acelerado: la Sociedad de la Inteligencia Artificial y el Urgente Rediseño de lo Humano”, disponible en Amazon.com 

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