La educación es uno de los temas centrales que debe abordar toda nueva administración de gobierno. Sólo en contadas ocasiones se considera éste un tema sobre el cual no cabe pronunciamiento específico. Pero cuando la educación enfrenta situaciones difíciles que amenazan su debido desarrollo y perjudican su importante contribución hacia la sociedad, se hace más urgente y necesario un pronunciamiento. En los países europeos, por ejemplo, la educación ha sido un tema importante en la agenda de todos los nuevos gobiernos, incluyendo la necesidad de reformas que apunten a contenidos y enfoques curriculares, la revisión de las formas de gestión y la debida valoración del esfuerzo individual.
Chile enfrenta serios problemas en este ámbito, los cuales requieren un pronunciamiento por parte de las candidaturas presidenciales. Un punto importante se refiere a la gestión de la educación como sistema, donde hay confrontación entre visiones. La más preponderante promueve la centralización pero con reglas de gestión descentralizadas, libertad de elección y competencia entre instituciones. En cuanto al currículum, se postula que no debe intencionarse ningún adoctrinamiento en cualquier sentido que ello envuelva; se postula dar más potestad a las familias para controlar los contenidos educativos y se defiende la idea de promover la identidad nacional a través de la educación. En cuanto a la metodología pedagógica, se defiende la necesidad de impulsar la ideología del esfuerzo y defender el respeto por la autoridad docente, promoviendo una pedagogía correctiva y una selección acorde al proyecto educativo de las escuelas. Finalmente, en materia de valores se defiende la idea de meritocracia y el rechazo a la discriminación positiva.
Entre los tantos temas que afectan a nuestra educación, estos son aspectos centrales, sin dejar de lado tampoco la seria problemática que envuelve la formación de profesores, actualmente puesta en crisis, además, por decisiones políticas que afectan su financiamiento. La cuestión es que una alternativa presidencial debe pronunciarse sobre estas temáticas, envolviendo también la posibilidad de acuerdos en torno al enfoque que se otorgue a cada dilema, puesto que siempre habrá posibilidad de posturas extremas. Sin embargo, es factible lograr acuerdos que trasciendan al tema electoral, y se proyecten por encima de banderías electorales y del corto plazo. Lo que Chile necesita es un acuerdo transversal que se pueda sostener por sobre la contingencia
Hay cuatro temas en educación que deberían concertar acuerdo. Primero, en cuanto a la gestión de la educación debe ponerse acento en un desarrollo descentralizado, una mejor preparación docente y un sustantivo apoyo del estado. Segundo, los contenidos curriculares deben ser actualizados incorporando de manera suficiente la IA y la tecnología y sin dejar de lado los valores nacionales y tradicionales. Tercero, es fundamental promover el rescate de la autoridad docente en el aula y promover una selección de estudiantes basada en la igualdad de condiciones. Cuarto, defender la meritocracia, como parte importante de lo que debe auspiciar la educación, aunque sin excluir la discriminación positiva, que debe ser parte de todo proyecto educativo en democracia.
Prof. Luis A. Riveros
Universidad Central