Aunque no se podría poner el duda que la banca es una industria donde existe una fuerte competencia, especialmente en algunos segmentos de negocios, también es indesmetible que la concentración de esta industria sigue firme y campante.
Así lo corrobora que tres bancos de la plaza tengan la mitad de las colocaciones del país (49,58%) y que si se suman otras tres entidaded ese porcentaje sube a casi 84%.
Y así terminó el año 2017, con el Banco de Chile a la cabeza en cuanto a resultados, al registrar $576.012 millones, un 2,6% más que en 2016. La entidad controlada por el grupo Luksic, sin embargo, tuvo un retroceso en su cuota de mercado -que ascendió a 16,37%-, al registrar una baja de 1,72% en el monto de sus colocaciones.
El Banco Santander, en tanto, se ubicó en el segundo lugar del ranking de utilidades, al totalizar $564.815 millones, luego de incrementarlas en 17,6% respecto a 2016. La entidad de capitales españoles es líder en colocaciones, las que equivalen al 17,56% del mercado, a la vez que encabeza en cuanto a márgen de intereses con $1.326.691 millones, un 1,8% por sobre lo registrado el ejercicio previo. Al igual que el Chile, el Santander también redujo su participación de mercado.
En cambio, BCI y BancoEstado elevaron su cuota en las colocaciones, aunque este último experimentó una baja de 19,5% en su resultado, al registrar $120.501 millones, pese a que el margen de intereses subió en 4,4%.
La entidad de la familia Yarur, en cambio, incrementó sus ganancias en 7,4%, al sumar $371.403 millones, ostentando además el liderazgo en las colocaciones comerciales.
Cifras de la Industria
Las colocaciones cerraron el 2017 con un crecimiento de 3,1% real, acelerando el ritmo de 2106 (2,4%). Sin embargo, ese avance es modesto desde una óptica histórica, y se explica por un bajo dinamismo de la cartera comercial, que completó dos años consecutivos con crecimientos en torno a cero, resalta la Asociación de Bancos. En cambio, las colocaciones hipotecarias y de consumo crecieron 8,2% y 5,3% en 2017, respectivamente, superando
en ambos casos los registros del año 2016.
El bajo crecimiento del crédito está en línea con la menor actividad económica, manteniéndose la razón crédito a PIB relativamente en torno a 80%, nivel inferior al promedio de países de la OCDE (92,7%) pero considerablemente superior al de los países
latinoamericanos (45,3%).
El débil desempeño de la cartera comercial se asoció principalmente a grandes empresas,
mientras que los micro, pequeños y medianos deudores —incluyendo personas naturales y jurídicas— mantuvieron un ritmo de crecimiento relativamente sólido, explica el organismo gremial.
Por el contrario, la positiva evolución de la cartera hipotecaria es coherente con la revitalización de la demanda crediticia reportada en la Encuesta de Crédito Bancario para los últimos dos trimestres de 2017. Esto se explica, entre otros aspectos, por el dinamismo propio del sector inmobiliario, así como por el bajo nivel de la tasa de interés, la cual, si bien ha repuntado levemente en lo más reciente, marcó mínimos históricos durante 2017, promediando 3,37% en todo el año.
Por su parte, el crédito de consumo aún mantiene un crecimiento moderado desde una perspectiva de mediano plazo, lo que es coherente con condiciones de oferta conservadoras, reflejando la actitud cautelosa de la industria frente el riesgo de crédito. En tanto, la demanda por este tipo de créditos se percibe algo más fuerte en los últimos dos trimestres
de 2017, de acuerdo a la Encuesta de Crédito Bancario.
Por el lado del riesgo, la morosidad mayor a 90 días se situó en 1,95% de las colocaciones agregadas, es decir, 8 puntos base superior al cierre del 2016, con aumentos de 24 y 15 puntos base en las carteras comercial y de consumo, respectivamente.
En tanto, la solvencia de la banca se mantuvo alta y estable. El indicador de Basilea, medido como capital regulatorio sobre activos ponderados por riesgo de crédito, alcanzó
13,76% y el indicador de apalancamiento, medido como capital básico sobre activos totales, se situó en 7,68%, según cifras a octubre, manteniéndose ambos ratios en niveles similares a los registrados al cierre del año previo.
Finalmente, la rentabilidad sobre activos (ROA) de la banca en 2017 fue de 1,01% y la rentabilidad sobre patrimonio (ROE) alcanzó 12,02%, superando levemente los registros del año 2016, pero siendo aún inferiores a los observados en el período 2009-2015.
El mayor resultado de 2017 se explica por alzas en el margen de intereses (+7 pb), en el resultado de inversiones en sociedades (+4pb) y otros ingresos netos (+8 pb), lo que fue contrarrestado, en parte, por un menor margen de reajustes (-12pb) y, por el lado de los gastos, por mayores impuestos (-7pb).