Los casos de sarna en España se han multiplicado por 50 entre 2011 y 2023, pasando de 131 por millón de habitantes a más de 6.300, según advierte un estudio observacional retrospectivo coordinado desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que muestra una concentración de casos entre jóvenes de 15 a 24 años y entre mayores de 74 años.
La sarna es una de las enfermedades cutáneas más comunes en el mundo y está reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad tropical desatendida, aunque su expansión es global. Está causada por el ácaro parasitario 'Sarcoptes scabiei' e incluye síntomas como picazón severa y erupciones, que a menudo interfieren en el sueño.
Aunque la prevalencia global de la sarna es difícil de estimar, la OMS calcula que más de 200 millones de personas en todo el mundo padecen la enfermedad en algún momento de sus vidas. En algunos casos, las lesiones cutáneas que produce pueden dar lugar a infecciones bacterianas secundarias y desencadenar otras complicaciones.
El trabajo del ISCIII, publicado en 'Eurosurveillance', revista del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), se basa en datos de Atención Primaria (AP), admisiones hospitalarias, casos ocupacionales y brotes, para poder tener una fotografía más exacta de la epidemiología de esta enfermedad en el país e intentar identificar potenciales áreas de intervención.
De este modo, detalla nueva información sobre el incremento de la sarna en España, algo que ya estimaban en los últimos años estudios previos, y sobre los factores de riesgo que subyacen. Debido a que la sarna no es una enfermedad de declaración obligatoria, obtener una imagen completa y analizar su impacto real en la población supone un desafío, por lo que hasta ahora no se había establecido un mapa completo del impacto de la enfermedad.
PREVALENCIA POR EDAD Y LUGAR
Además de observar que la incidencia anual de sarna ha aumentado casi 50 veces, el estudio muestra que las tasas fueron más altas entre los jóvenes de 15 a 24 años en Atención Primaria y entre los mayores de 74 años en hospitales. En cuanto a las bajas laborales por esta afección, recoge que se dieron fundamentalmente en el entorno sociosanitario, donde se registró el 82 por ciento del total de bajas por este motivo.
Respecto a la dispersión geográfica de los casos, las islas y las regiones costeras del norte fueron las áreas que presentaron un mayor incremento, lo que apunta a una posible relación entre factores climatológicos y ambientales en el desarrollo y transmisión del ectoparásito causante de la sarna.
Los brotes notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) ocurrieron fundamentalmente en hogares y residencias de ancianos, aunque los de mayor envergadura en términos de números de casos y duración se dieron en entornos de atención sanitaria.
CONCIENCIACIÓN, PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO
Los investigadores del CNE-ISCIII Zaida Herrador, Álvaro Roy y Allegra Chatterjee han destacado a raíz de los resultados la necesidad de iniciar un trabajo multisectorial y colaborativo que permita seguir dando respuesta a los numerosos interrogantes que persisten sobre el aumento mundial de esta enfermedad.
Según han explicado, se deben abordar distintos retos, como el impulso de medidas de prevención y control, y la mejora del diagnóstico, concienciación y formación profesional y social, junto a la comunicación con la población. En concreto, las conclusiones del estudio apuntan a fomentar la concienciación entre los jóvenes sobre el contacto sexual como posible vía de transmisión de la sarna.
Asimismo, han llamado a abordar el estigma que puede acompañar a las personas con sarna, y que dificulta el diagnóstico y seguimiento de los casos y los contactos, promoviendo la participación ciudadana y la puesta en marcha de iniciativas comunitarias centradas en las personas con mayor riesgo.
En el trabajo liderado por el ISCIII han colaborado grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER-ISCIII), investigadores de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC), la Universidad Nacional de educación a Distancia (UNED), el Programa Europeo EPIET de formación en epidemiología, la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense (UCM) y el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, entre otros.