Desarrollan un método que mide la dosis de radiación que recibe la sangre durante los tratamientos de radioterapia

|

Imagen de la investigadora.

La Universidad de Navarra ha desarrollado un nuevo método personalizado para cuantificar con precisión la dosis de radiación que recibe la sangre durante los tratamientos de radioterapia contra el cáncer, lo que asegura que representa un avance hacia una medicina oncológica "más personalizada, preventiva y segura".



La investigación ha sido liderada por Marina García-Cardosa, investigadora del grupo de Física Médica y Biofísica (PhysMed) de la Facultad de Ciencias, y reconocida por instituciones internacionales. El estudio se ha llevado a cabo en colaboración con médicos e investigadores del Cancer Center Universidad de Navarra.



Históricamente, la radioterapia ha centrado sus esfuerzos en evitar dañar órganos fijos cercanos al tumor, pero la sangre -un tejido móvil y vital que recorre todo el cuerpo- había quedado fuera de los cálculos dosimétricos habituales. La tesis doctoral defendida por la doctora García-Cardosa propone revertir esta omisión con un enfoque innovador: tratar la sangre como un "órgano en riesgo" y adaptar el tratamiento para protegerla cuando sea clínicamente viable.



"Cada célula de la sangre que atraviesa un campo de radiación recibe una pequeña cantidad de energía. Aunque esta dosis parezca baja, su efecto puede acumularse a lo largo del tratamiento y afectar al sistema inmune o provocar toxicidad hematológica", explica la investigadora.



UNA HERRAMIENTA CON POTENCIAL CLÍNICO


El método, denominado FLIP-HEDOS, integra información anatómica específica del paciente, patrones reales de circulación sanguínea y datos del plan de tratamiento radioterápico para simular con precisión cómo y cuánto se irradia la sangre. Gracias a su enfoque multidisciplinar -combinando física médica, biofísica, oncología e ingeniería-, esta tecnología permite calcular escenarios personalizados y evaluar la exposición acumulada en tratamientos prolongados.



Los resultados revelan que factores como la proximidad del tumor a grandes vasos sanguíneos, el tipo de radioterapia aplicada y la variabilidad del gasto cardíaco de cada paciente (cantidad de sangre que el corazón bombea por minuto), influyen directamente en la irradiación de la sangre y, en consecuencia, en su respuesta inmunológica.



"El sistema inmunológico es especialmente sensible a la radiación. Células fundamentales como los linfocitos -encargados de coordinar la defensa del organismo- pueden verse afectadas incluso por dosis muy bajas. Si una cantidad significativa de estas células resulta dañada, la capacidad del cuerpo para responder a infecciones, inflamaciones o incluso al propio tumor, puede verse comprometida. Este aspecto adquiere aún más importancia en tratamientos que combinan radioterapia con inmunoterapia", explica García-Cardosa.



Según la Universidad de Navarra, la participación del Cancer Center Universidad de Navarra ha sido fundamental para integrar la experiencia clínica en tratamientos oncológicos avanzados. Además, la investigación ha contado con el asesoramiento del profesor Harald Paganetti, referente internacional en física médica del Massachusetts General Hospital y Harvard Medical School.



RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL Y APLICACIONES FUTURAS


Este trabajo ha sido distinguido como una de las mejores comunicaciones orales por la Sociedad Europea de Radioterapia y Oncología (ESTRO) en Austria (mayo de 2025) y en congresos especializados como la Radiation Research Society Conference en Estados Unidos (septiembre de 2024) y por la Sociedad Española de Física Médica a nivel nacional (mayo de 2025). Además, parte de sus resultados han sido publicados en las revistas científicas 'Radiation Physics and Chemistry', 'Physics in Medicine & Biology' y 'Clinical Cancer Research'.



Respecto a su potencial en tratamientos oncológicos, los autores indican que el marco FLIP-HEDOS podría ser útil para simular la distribución de fármacos o radiofármacos, así como para evaluar nuevas estrategias de radioprotección y toxicidad hematológica. "Pensar en la sangre como un órgano dinámico a proteger supone un cambio de paradigma en la radioterapia moderna. Esta investigación no solo responde a una necesidad científica, sino también a un imperativo clínico: ofrecer tratamientos más seguros sin comprometer la eficacia oncológica", destaca el profesor Javier Burguete, catedrático de Física Médica y Biofísica de la Universidad de Navarra y director de la tesis.



CONTRIBUCIÓN AL DEBATE GLOBAL SOBRE MEDICINA PERSONALIZADA


Para la Universidad de Navarra, en un contexto internacional en el que la medicina de precisión y la protección del sistema inmunológico ocupan un lugar central en la agenda científica, esta investigación propone una innovación tecnológica aplicada a la salud con impacto real en la calidad de vida de los pacientes.



Además, considera que este avance plantea nuevas preguntas sobre cómo optimizar la radioterapia y su efecto en el sistema inmune, ajustar la duración de las sesiones o rediseñar la dirección de los haces de radiación para minimizar la exposición sanguínea.



La investigación ha contado con el apoyo de la Agencia Española de Investigación -dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación-, del Gobierno de Navarra, de Fundación la Caixa, y de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, entre otras instituciones.



Sus resultados, señala Burguete, "demuestran que proteger la sangre puede ser importante e influir en cómo evoluciona un paciente tras el tratamiento de un tumor". A medida que se incorporen estos hallazgos a la práctica clínica, podrían marcar un antes y un después en la planificación terapéutica y el manejo de efectos secundarios en oncología radioterápica.




europapress