La SENEP lanza un decálogo para cuidar el desarrollo del cerebro infantil

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La Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP) ha elaborado un decálogo de consejos para cuidar el desarrollo del cerebro infantil, dirigido fundamentalmente a los padres y al profesional sanitario implicado en el cuidado de los más pequeños de la casa, con motivo del Día Mundial del Cerebro, que se celebra este martes, 22 de julio.



"El cerebro de un niño es una estructura dinámica y maleable, que experimenta un crecimiento y una formación vertiginosa durante los primeros años. Este período crítico sienta las bases para todas las funciones cognitivas, emocionales, y sociales del menor. Por ello, es imprescindible adoptar medidas activas para proteger y estimular este órgano vital", defiende la portavoz de SENEP y miembro de su Junta Directiva, la doctora María Vázquez López.



En este sentido, la primera idea presentada en el decálogo es proporcionar una alimentación adecuada desde el embarazo. "Es importante" el consumo omega-3 y el suplemento de ácido fólico y evitar por completo el consumo de alcohol y tabaco durante el embarazo. En la infancia, una dieta equilibrada con frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables "es fundamental" para la formación de las estructuras cerebrales y del correcto funcionamiento de los neurotransmisores. "Se deben limitar los alimentos ultraprocesados y con azúcares añadidos".



Otra observación que ofrecen los expertos es "la importancia de proporcionar un juego activo, una herramienta en el desarrollo cerebral". Así, indican que se deben favorecer las actividades que fomenten la exploración, la curiosidad, la resolución de problemas, así como la interacción social. "Hablar con los niños, leerles cuentos, cantarles, y proporcionarles un entorno rico en experiencias sensoriales y motoras contribuye a la formación de nuevas conexiones neuronales".



Asimismo, desde la sociedad apuntan que un descanso adecuado es "tan importante como la alimentación y la estimulación". Durante el sueño, el cerebro procesa la información del día, consolida el aprendizaje y se recupera. Para conseguir un sueño de calidad se deben establecer horarios de sueño regulares, creando un ambiente propicio para el descanso, evitando el uso de pantallas antes de acostarse.



Además, afirman que los niños necesitan entornos en los que sentirse seguros y queridos. "Un entorno familiar estable y un apego seguro con los cuidadores fomentan un desarrollo emocional sano que, a su vez, impacta positivamente en la arquitectura cerebral". Por el contrario, el estrés crónico puede tener efectos perjudiciales en el cerebro en desarrollo, por lo que es importante minimizarlo y proporcionar herramientas para gestionarlo. Sin embarogp, advierten que no se debe confundir con la sobreprotección.



Otro aspecto importante es la limitación del tiempo de las pantallas. Su uso excesivo, especialmente en las primeras edades, puede interferir con actividades más beneficiosas para el desarrollo cerebral, como el juego interactivo, la lectura, o la exploración del mundo real. El uso excesivo de pantallas se ha relacionado con déficit de atención, con impulsividad, y con inquietud motriz. Por eso "es fundamental establecer límites claros y supervisar el contenido al que acceden los niños, así como evitar por completo las pantallas en los primeros años de vida".



Asimismo, recomiendan fomentar la actividad física y el deporte, ya que no solo beneficia al cuerpo, sino también el cerebro. "La actividad física mejora el flujo sanguíneo cerebral, promueve el crecimiento de nuevas neuronas, y optimiza la función cognitiva".



Igualmente, la interacción con otros niños desde edades tempranas permite el desarrollo de habilidades cognitivas superiores como el lenguaje y la psicomotricidad. La ausencia de relaciones sociales afecta al ánimo y la conducta de los niños en desarrollo. Además, la escolarización proporciona un entorno estructurado que estimula el aprendizaje continuo, la socialización, el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales.



Por otro lado, exponen la importancia de prevenir lesiones del cerebro, ya que, en edad infantil, es "especialmente vulnerable a traumatismos". En este sentido, señalan que "es crucial" usar sistemas de retención adecuados en el coche, casco para actividades en bicicleta o patinete, y fomentar hábitos de juego seguro. También añaden que debe concienciarse sobre el síndrome del bebé zarandeado en los primeros meses.



Por último, apuntan el papel de la detección precoz de las alteraciones del neurodesarrollo. Así, Observar y actuar ante señales de alarma (retraso del lenguaje, escasa interacción social, falta de respuesta al nombre, etc.) permite una intervención temprana que "mejora significativamente" el pronóstico. Consultar al pediatra o a un especialista en neurología pediátrica ante cualquier sospecha "es fundamental".




europapress