Aire Puro

|

DUCCI (4)

Chile ha experimentado un avance significativo en el monitoreo de la calidad del aire en los últimos 20 años, impulsado por una mayor conciencia ambiental, nuevas normativas y la incorporación de tecnologías más sofisticadas. De hecho, el país ha invertido en la expansión y modernización de su red de estaciones de monitoreo y cuenta con el Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire (SINCA), una plataforma del Ministerio del Medio Ambiente que proporciona datos en línea sobre contaminantes atmosféricos en diversas estaciones de monitoreo. Ello permite obtener el estado de la calidad del aire en tiempo real y tomar decisiones basadas en datos actualizados con información clave.


A su vez se ha creado un marco normativo robusto, se han establecido límites para diversos contaminantes que buscan proteger la salud de las personas y el medio ambiente. Además, se han desarrollado e implementado Planes de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) en varias zonas del país consideradas saturadas o latentes, los cuales incluyen medidas y acciones específicas para reducir las emisiones.


Aunque aún falta, medidas como la implementación de los PPDA y las medidas asociadas como el recambio de calefactores, subsidios para el acondicionamiento térmico de viviendas y fiscalizaciones a la venta de leña, han contribuido a reducciones significativas en los niveles de contaminantes en algunas de las zonas más afectadas. Por ejemplo, en la Región Metropolitana, se ha registrado un 50% menos de episodios críticos de contaminación comparado con 10 años atrás. En Valdivia y Temuco también se ha visto una disminución en el material particulado fino.


No obstante, existen sectores que, por su impacto significativo en las emisiones o la complejidad de su monitoreo requieren una mayor inversión en tecnologías limpias en su cadena de producción, regulaciones más estrictas y una transición hacia fuentes de energía menos contaminantes. Sabemos que el sector minero y las fundiciones, el sector agrícola y ganadero, el transporte, las termoeléctricas y la calefacción residencial a leña en el sur del país, aún deben reforzar sus esfuerzos en el monitoreo y reducción de la contaminación del aire con inyección de tecnologías limpias. La colaboración entre el sector público, privado, la academia y la ciudadanía será clave para seguir avanzando en la mejora.


En Pacto Global hemos constatado que existe una mayor preocupación y se han creado soluciones, pero el hacer frente al problema implica impulsar una visión más integral, que va desde la expansión y sofisticación de la infraestructura técnica, pasando por un marco normativo más ambicioso y una fiscalización más robusta, hasta la consideración de los aspectos socioeconómicos y la promoción de la participación ciudadana. Creo que es fundamental impulsar mayor inversión en inspecciones y sanciones más efectivas a los infractores, además de integrar los datos de calidad del aire con otras variables clave como las meteorológicas, de tráfico, de salud pública, de emisiones industriales, etc., para tener una visión más holística y entender mejor las interrelaciones. Lo positivo es que el proceso de descarbonización que está implementando Chile, avanza con decisión y lo está liderando a nivel Latinoamericano. También existe mayor educación y conciencia ambiental, lo que fomenta en las empresas, el uso de tecnologías menos contaminantes y prácticas sostenibles en la ciudadanía. Todo esto, con el objetivo de respirar un aire más puro para el bienestar de las personas.


Margarita Ducci,

Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU


europapress