MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha presentado este jueves un acuerdo comercial "revolucionario" con el Reino Unido, que el primer ministro británico, Keir Starmer, ha calificado de "realmente importante" para impulsar el comercio entre ambos países, aunque los detalles finales del mismo se redactarán en las próximas semanas.
En una rueda de prensa desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, en la que Starmer ha participado mediante videoconferencia y coincidiendo con la celebración del 80 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, Trump ha asegurado que el acuerdo permitirá reducir o eliminar numerosas barreras no arancelarias para los productos estadounidenses, añadiendo que será también "muy beneficioso" para el Reino Unido.
"Con este acuerdo, el Reino Unido se une a Estados Unidos para afirmar el principio de proximidad y equidad", ha afirmado el inquilino de la Casa Blanca.
Si bien Trump ha indicado que los detalles finales "se están redactando en las próximas semanas", el presidente estadounidense ha afirmado que el acuerdo "es muy concluyente" y casi todo ha sido aprobado, por lo que EEUU recibirá nuevo acceso al mercado británico para la maquinaria química estadounidense y muchos otros productos industriales que no estaban permitidos, así como para productos estadounidenses que no estaban disponibles en el Reino Unido.
En este sentido, la Casa Blanca ha indicado que el acuerdo comercial permite ampliar significativamente el acceso estadounidense al mercado del Reino Unido, creando una oportunidad de 5.000 millones de dólares (4.407 millones de euros) para nuevas exportaciones para agricultores, ganaderos y productores estadounidenses, incluyendo más de 700 millones de dólares (617 millones de euros) en exportaciones de etanol y 250 millones de dólares (220 millones de euros) en otros productos agrícolas, como la carne de vacuno.
Asimismo, el acuerdo compromete a los dos países a colaborar para mejorar el acceso al mercado industrial y agrícola y elimina lagunas legales, aumentando la competitividad de las empresas estadounidenses en el mercado británico, además de garantizar procedimientos aduaneros simplificados para las exportaciones procedentes de EEUU y establecer .
compromisos de alto nivel en materia de propiedad intelectual, mano de obra y medio ambiente.
Por otro lado, el acuerdo busca maximiza la competitividad y asegura la cadena de suministro de los fabricantes aeroespaciales estadounidenses mediante acceso preferencial a componentes aeroespaciales británicos de alta calidad y contempla la creación de una cadena de suministro segura para productos farmacéuticos.
"Reino Unido también está abriendo el país (...) apreciamos que también agilicen los procesos aduaneros para productos estadounidenses, por lo que nuestras exportaciones pasen por una forma de aprobación muy rápida y no haya burocracia, las cosas se moverán muy rápido en ambos sentidos", ha explicado Trump.
MANTIENE EL ARANCEL DEL 10%.
Por otro lado, a pesar del acuerdo logrado, se mantendrá en vigor el arancel recíproco del 10%, anunciado originalmente el Día de la Liberación, el pasado 2 de abril, una tasa que el presidente de EEUU ha advertido podría suponer un suelo de cara a futuros acuerdos con otros países.
En este sentido, en su rueda de prensa, Trump ha considerado que se trata de "una cifra baja", por lo que los británicos "hicieron un buen trato" y los aranceles para otros "serán mucho más altos porque tienen enormes superávits comerciales".
"El modelo de 10% es probablemente el más bajo y por eso hicieron ese trato, pero con ellos tenemos una relación muy especial con ellos", ha comentado Trump, señalando las bondades de los automóviles británicos como Rolls-Royce. "No haré ese trato con coches, a menos que alguien me demuestre que hay otro tipo de coche comparable a un Rolls Royce", ha bromeado.
Sobre este asunto, el acuerdo prevé que los primeros 100.000 vehículos importados a EE.UU. por fabricantes británicos cada año estarán sujetos a la tasa recíproca del 10%, mientras que cualquier vehículo adicional cada año estará sujeto a aranceles del 25%.
Además, Estados Unidos también reconoce las medidas de seguridad económica adoptadas por el Reino Unido para combatir el exceso de capacidad siderúrgica mundial y negociará un acuerdo alternativo a los aranceles sobre el acero y el aluminio, por lo que "este acuerdo crea una nueva unión comercial para el acero y el aluminio".
En su intervención, Trump ha destacado el papel del primer ministro británico, subrayando que Reino Unido es uno de los aliados más cercanos y queridos de EEUU, añadiendo que el acuerdo con el Reino Unido "es el primero de una serie de acuerdos comerciales" que su Administración ha estado negociando durante las últimas cuatro semanas.
En este sentido, la Casa Blanca ha señalado que el acuerdo comercial entre EE.UU. y el Reino Unido marcará el comienzo de "una era dorada de nuevas oportunidades" para los exportadores estadounidenses y sienta las bases para que otros socios comerciales promuevan el comercio recíproco con Estados Unidos.
ACUERDO HISTÓRICO PARA LONDRES.
De su lado, Keir Starmer ha expresado su satisfacción por haber logrado "un acuerdo realmente importante" que impulsará el comercio entre ambos países y que supone "una plataforma increíble para el futuro".
En un comunicado, el Gobierno británico ha indicado que los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones de automóviles se reducen inmediatamente del 27,5% al 10% para una cuota de 100.000 automóviles del Reino Unido, casi el total que el país exportó el año pasado, mientras que las tarifas sobre el acero y el aluminio se redujeron a cero.
Asimismo, el acuerdo contempla un nuevo acceso recíproco al mercado de la carne de vacuno, con un cupo libre de aranceles para 13.000 toneladas métricas para los ganaderos del Reino Unido, mientras que no supondrá un relajamiento de las normas alimentarias británicas para las importaciones.
Por otro lado, se reducirá a cero el arancel sobre el etanol (utilizado para producir cerveza) que entra al Reino Unido desde Estados Unidos.
"Este acuerdo histórico beneficia a las empresas y trabajadores británicos, protegiendo miles de empleos en sectores clave como la industria automotriz y el acero", ha asegurado Starmer, para quien el Reino Unido "no tiene mayor aliado que Estados Unidos".