Volver a los griegos: la paideia como brújula de la innovación educativa

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Antonia Anastassiou (2)

En tiempos de amplio debate sobre el futuro de la educación, vale la pena preguntarnos cómo la innovación educativa nos puede ayudar a ser más efectivos para lograr el propósito mismo de alcanzar el desarrollo integral de los estudiantes. Tal vez, la respuesta a los desafíos educativos actuales se encuentre mirando hacia atrás, enraizada en un concepto que los griegos desarrollaron hace siglos: el término παιδεία (paideia) plantea la educación como un proceso de crecimiento y transformación que dura toda la vida.


Este ideal trascendió más allá de un método de enseñanza y se transformó una filosofía de vida que integraba el desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones, inspirada en la búsqueda del bien, la verdad y la belleza. La paideia entendía que educar no es simplemente transmitir conocimientos, sino formar ciudadanos plenos, críticos y conscientes, capaces de aportar a su comunidad y transformar la sociedad.


Si aplicamos este concepto a la actualidad, entenderemos que innovar en educación se trata de volver a lo esencial (o al fondo), adoptando nuevos conocimientos científicos sobre el aprendizaje, evidencias, nuevas tecnologías y metodologías (formas), al servicio del desarrollo integral de los estudiantes. La verdadera innovación es aquella que pone al ser humano en el centro de la enseñanza, integrando las ciencias, el arte, las habilidades socioemocionales y las competencias del siglo XXI para formar líderes y agentes de cambio.


En todo este contexto, el papel del educador se transforma. Deja de ser un transmisor de información o conocimientos para convertirse en un guía que acompaña el proceso de autodescubrimiento, fortalece talentos y despierta la curiosidad en sus estudiantes. Como bien lo expresa el experto Otto Scharmer, del MIT, "el liderazgo educativo consiste en facilitar procesos que permitan a las personas conectar con su mejor versión y transformarse en agentes de cambio".


Este es el desafío que tenemos por delante: una educación que transforme. Que enseña, pero que también inspira, formando ciudadanos con propósito, capaces de construir día a día un mundo mejor.


Antonia Anastassiou, 

Directora de Comunicaciones y RRPP de Fundación Mustakis

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