Mc. Kinsey acaba de publicar un estudio sobre los resultados para las empresas de llevar a cabo estrategias de transformación digital (“Investing in the future of tech: lessons from winning companies”), que creo interesante compartir.
Los resultados de la encuesta sugieren que, si bien las perspectivas generales para las inversiones en tecnología son sólidas, sólo unas pocas empresas seleccionadas están invirtiendo en las bases y las personas que pueden respaldar el éxito futuro. Todavía existe una brecha significativa entre las empresas con mejor transformación digital y el resto.
Una de las conclusiones importantes del estudio es que es esencial que las empresas asimilen que las transformaciones tecnológicas no son eventos singulares, sino una realidad constante en la vida corporativa. Según el estudio, la mayoría de las empresas entrevistadas están invirtiendo en tecnología pensando en el crecimiento futuro, y están viendo resultados positivos del trabajo de transformación que ya han realizado.
Lo que singulariza a los “top performers” en transformación digital, de acuerdo con el análisis de Mc Kinsey, es la optimización de su organización tecnológica en arquitectura y plataformas digitales, en la creación de un pool de talento digital, en la eliminación de silos operacionales, y en la focalización de inversiones en tecnologías con una clara creación de valor de negocios. “Show me the money”, como se dice.
Los “top performers” ya están 100% en la nube, y han adoptado a gran escala el uso de IA, IA generativa, Internet de las cosas, Edge computing y RPA (Robotized Process Automation, para automatizar procesos). Lo que les diferencia es que primero hicieron la estrategia y luego las inversiones. Y en la planificación de la estrategia se focalizaron en casos de uso para su negocio donde las tecnologías generan valor, para definir a partir de allí su estrategia de transformación digital. En definitiva, no compraron tecnología para luego ver qué hacer con ella.
Desarrollar un pool de talento preparado para el futuro, con las habilidades adecuadas para respaldar la estrategia tecnológica general, sigue siendo un desafío formidable para muchas empresas. Las empresas con mejor desempeño están abordando este problema invirtiendo significativamente más que otros en su gente, para garantizar que sus estrategias tecnológicas y culturas organizacionales estén sincronizadas. Según la encuesta, hacen más cosas que los demás, y la mayoría de las veces se centran en la recapacitación, la capacitación y el desarrollo a escala.
Los encuestados con mejor desempeño tienen sus equipos de ingeniería organizados en modelos operativos centrados en productos o plataformas. Además de romper los silos entre la tecnología y la empresa, este tipo de modelos operativos crean una serie de beneficios empresariales, como reducir el tiempo de comercialización, reducir los costos de las soluciones tecnológicas y exigir una mayor responsabilidad tanto por parte de las empresas como de la tecnología.
El mayor impacto que ven las empresas “top performer” sigue siendo en nuevas fuentes de ingresos junto a mayores ingresos de las fuentes existentes.
En resumen, la transformación digital supone un esfuerzo continuo de cambio cultural, sin el cual no se pueden aprehender las posibilidades que ofrece, unido a una gran capacidad de análisis acerca de dónde pueden generar valor para la empresa, y una determinación en llevar a cabo los continuos proyectos que irán surgiendo a lo largo del tiempo. Ya no es suficiente comprar un ERP o tener una página Web o una App. Eso ni siquiera es el “desde”.
Alfredo Barriga
Profesor UDP
Consultor en Estrategia de Transformación Digital