Conflictos globales y realidad cotidiana: ¿qué trae el 2025?

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Leonardo Quijarro2


Un nuevo año entra en su etapa final del calendario en el mes de diciembre. Hace, prácticamente, un año calendario, reflexionábamos, a propósito de la guerra entre Israel y el grupo miliciano de Hamás en la franja de Gaza, cómo sus alcances, peligrosamente, se extendían más allá del territorio mencionado, incorporando a otros actores desde el Líbano, Irán o el lejano Yemen, pensando el riesgo que esto suponía para la estabilidad mundial.


En este año transcurrido, hemos podido ser testigos ya, no solo de acciones aisladas, sino que, definitivamente, los hutis actuando sobre el tráfico marítimo en el mar Rojo con consecuencias en los costos de éste, en particular, entre Europa y Asia; un conflicto desatado entre Israel y el grupo islámico Hezbollah, que controla el sur del Líbano, con fuerzas militares israelitas en territorio de este país actuando sobre las milicias que atacan el norte de Israel; y acciones militares directas entre Israel e Irán, que han amenazado con escalar el problema palestino a otro orden de magnitud en cuanto a conflictos.


A este breve resumen de Oriente Medio se debe agregar la evolución de la situación del conflicto entre Rusia y Ucrania, al que, en rigor, debiera agregarse Corea del Norte, al tener, definitivamente, fuerzas militares combatiendo en el frente de batalla.


En síntesis, este año ha visto una escalada en la fricción entre estados y, entre estados y grupos armados no gubernamentales, incrementando la inestabilidad y efectos de toda índole en las regiones afectadas.


Lamentablemente, a lo relatado y, a propósito de lo que ha ocurrido en Siria las últimas semanas, vemos cómo, una guerra interna, que se podría haber pensado se estaba extinguiendo, nos golpea con la dura realidad que, cual incendio forestal, sólo nos mostraba una apariencia irreal, cuando en la práctica, las milicias rebeldes anti gobierno del presidente Bashar al-Assad se preparaban para impulsar una nueva etapa del conflicto, que es lo que hemos visto en los últimos días materializando la captura de la ciudad de Aleppo, segunda en importancia en Siria, desestabilizando al gobierno central y volviendo a traer a la escena a los múltiples intervinientes como lo es Rusia, que apoya al régimen de Al-Assad, principalmente, con aeronaves que hostigan desde el aire a los rebeldes. Desde el norte, se reactivaron las acciones de milicianos kurdos, con apoyo de Turquía, que buscan alcanzar una mayor independencia enfrentándose al gobierno central.

En definitiva, este 2024 nos dejará un legado de conflictos que se incrementa, desestabilizando dos importantes áreas geográficas a nivel mundial, cuyos efectos pueden impactar significativamente a la economía mundial por su cercanía o por ser en sí productores de materias primas y combustibles, agregando a la mencionada inestabilidad geopolítica, una crisis económica de escala global.



El nuevo año 2025 supondrá seguir muy de cerca la evolución de estos acontecimientos por su impacto potencial en nuestra realidad cotidiana, que como hemos comentado en alguna columna anterior, tiene una gran sensibilidad a los efectos, particularmente los económicos, que estos eventos en la arena internacional, por muy distantes que ocurran o nos parezca, más temprano que tarde, afectan nuestro día a día.


Leonardo Quijarro S.

Profesor Residente Academia de Guerra Naval

Docente Investigador del Centro de Estudios Navales y Marítimos (CENAM).


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