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Este 5 de noviembre, son las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El sistema electoral de dicho país, es uno de los más complejos del mundo, caracterizado por su método indirecto de elección a través del Colegio Electoral. Para ganar la presidencia, un candidato necesita al menos 270 de los 538 votos electorales.
El actual mecanismo establecido en la Constitución de Estados Unidos, asigna votos electorales a cada estado en función de su población, lo que declina en que no necesariamente el candidato con más votos es quien se queda con la presidencia. Un ejemplo claro de esto, es que en las elecciones presidenciales de 2016, Hillary Clinton obtuvo cerca de 3 millones de votos más que Donald Trump, pero fue este último quien ganó.
Cuando las personas sufragan, en realidad eligen a delegados del Colegio Electoral que representan a su estado, quienes luego votarán formalmente por el mandatario. Cada estado tiene un número de delegados, determinado por su población, y 48 de 50 estados siguen un sistema de "gana-todo", donde el candidato que obtiene la mayoría de los escrutinios populares en el estado se lleva todas las papeletas electorales.
“Otra particularidad es que cada estado define su mecanismo de votación, por lo que existen diversos mecanismos que conviven en un mismo proceso. Dentro de ellos se encuentra el voto tradicional a papel con conteo manual, a papel con escaneo electrónico, electrónico con impresión de respaldo, por correo físico, habiendo incluso Estados que cuentan con más de un método”, explicó Felipe Lorca, gerente general de EVoting.
A diferencia de Chile, en Estados Unidos se puede votar también de forma anticipada, ya sea en persona o por mail, lo que ha sido de gran utilidad para facilitar la participación. En las elecciones de 2020, 100 millones de personas, aproximadamente un 75%, emitieron su elección antes del día de los comicios y este año ya son más de 70 millones los que optaron por esta alternativa.
“Lo interesante que subyace en esta diversidad de mecanismos, y en la posibilidad de sufragar de forma anticipada, es que se ‘acerca la urna a la persona’, enfocándose en que todos quienes tienen derecho a voto, tenga una manera cercana de decisión, y que no sea un impedimento, por ejemplo, que tenga que viajar a otro lugar ”, señaló Lorca.
A ello, el experto agregó que a partir de la experiencia electoral de Estados Unidos, vemos que en Chile se podrían adquirir prácticas que beneficien la participación y acerquen la democracia a la gente. Sin embargo, es fundamental que estas mejoras no interfieran en los elementos que ya funcionan bien en el sistema nacional, como la rápida entrega de resultados y la confianza que los ciudadanos tienen en el proceso. Para esto, la colaboración entre el gobierno, el sector privado y la academia es clave para desarrollar soluciones efectivas.