El costo invisible del estrés laboral

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Jorge Fuentes

Chile se ha convertido en el epicentro del estrés laboral en América Latina. El reciente estudio "Better Work 2024" realizado por Criteria y Betterfly revela una realidad preocupante: el 46% de los trabajadores chilenos reporta altos niveles de estrés, una cifra significativamente superior al promedio regional de 38%. Este dato no es sólo una estadística fría, sino un reflejo de un problema profundo que afecta tanto a los empleados como a las organizaciones y, en última instancia, al tejido social del país.


El estrés, aunque a menudo es subestimado, tiene consecuencias devastadoras, ya que además de deteriorar la salud mental y física de los individuos, disminuye la productividad, aumenta la rotación de personal y deteriora el clima laboral. Por eso, las empresas que no toman en cuenta el bienestar emocional de sus trabajadores están, en esencia, minando su propio futuro.


Sin embargo, el problema no se soluciona solo hablándolo; es hora de hacernos cargo.


Desde una mirada psicológica, el estrés laboral crónico es un síntoma de sistemas organizacionales disfuncionales. Un entorno laboral donde los empleados se sienten sobrecargados, desalineados con los propósitos de la empresa y sin el soporte necesario, es un caldo de cultivo para el agotamiento emocional y la desmotivación. La desconexión entre los valores personales de los trabajadores y el propósito de la empresa, reportada por el 37% de los encuestados, es un claro indicador de la necesidad de un replanteamiento profundo en las estrategias empresariales.


No basta con ofrecer salarios competitivos; el estudio destaca que los beneficios tienen un impacto doble en el compromiso de los empleados en comparación con el sueldo. Esto refuerza la idea de que el bienestar integral, que incluye salud física, emocional y un sentido de propósito, es fundamental para un ambiente laboral saludable.


Las empresas chilenas deben reconocer que su éxito a largo plazo depende en gran medida de la salud y bienestar de sus empleados. Así, implementar programas de apoyo psicológico, promover un balance entre la vida personal y laboral, y alinear los objetivos empresariales con los valores de los trabajadores no solo son medidas éticas, sino estratégicas.


Considerando todo esto, hago un llamado a los líderes empresariales a reevaluar cómo se están haciendo las cosas. ¿Están realmente cuidando a sus empleados o están priorizando el corto plazo a expensas del bienestar de quienes sostienen la empresa? La salud mental no es un lujo ni una moda; es una necesidad básica y un derecho humano. No podemos esperar a que el costo del estrés se vuelva insostenible para actuar. Es hora de que todos, desde la alta gerencia hasta los empleados, nos hagamos cargo y trabajemos juntos para construir lugares de trabajo donde el bienestar sea la norma, y no la excepción.


Jorge Fuentes, 

Psicólogo y Director de Pranavida

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