Waldemar Herrera, Académico de la Escuela de Agronomía, Universidad de Las Américas

​De la granja a la mesa: la importancia de los productos locales

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Cartas al director

Sr. Director,


La conexión entre lo que cultivamos en las granjas locales y lo que llega a nuestras mesas ha sido durante mucho tiempo fundamental para nuestra salud, economía y medio ambiente. Los productos de nuestras tierras, no solo brindan frescura y sabores incomparables, sino que también apoyan a las comunidades, reducen la huella de carbono y promueven la diversidad dietética.


Cuando elegimos productos locales, estamos apoyando directamente a los agricultores de nuestra zona. Además, estos alimentos suelen ser más frescos porque no tienen que viajar mucho antes de llegar a nuestras mesas. Esta frescura no solo significa un mejor sabor, sino que también un mejor contenido de nutrientes.


La producción y distribución de alimentos a gran escala crea una gran huella de carbono, debido al transporte y las prácticas agrícolas intensivas. La elección de productos locales puede reducir significativamente esta huella, ya que se requiere menos energía para transportarlos y puede promover métodos agrícolas más sostenibles, como la agricultura orgánica o regenerativa.


Además, tiene una menor huella social, métrica que permite entender el impacto de las actividades de una empresa en las personas que la componen y en la sociedad en su conjunto. Esta nos permite determinar en qué medida se incorporan políticas de diversidad, derechos humanos, seguridad laboral y la contribución a las comunidades locales.


En Chile la norma 461 de la Comisión del Mercado Financiero CMF exige que las empresas emisoras de valores que se transan en la bolsa de comercio, revelen la gestión de sus riesgos ESG (Environmental Social and Governance). Aquí se debe publicar información sobre la relación de la empresa con sus proveedores y sobre la gestión social y ambiental dentro de la cadena de suministro.


Por último, consumir productos locales a menudo nos da acceso a una gama más amplia de alimentos, lo que enriquece nuestra dieta y contribuye a la biodiversidad alimentaria. Al apoyar la producción de una variedad más amplia de frutas, verduras, cereales y proteínas locales, contribuimos a la conservación de especies y variedades que de otro modo podrían perderse debido a la homogeneización de la agricultura moderna a gran escala. 


Waldemar Herrera

Académico de la Escuela de Agronomía 

Universidad de Las Américas

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