Las fechas en que el mundo cristiano se vuelca a recordar el nacimiento de Jesucristo en Belén se aproximan, y con ello, el término de este año 2023, que, como hemos podido apreciar, solo ha visto la intensificación de los conflictos existentes, como lo es la guerra entre Rusia y Ucrania, o el nacimiento de otros, como la guerra entre el grupo islámico Hamas e Israel, y más recientemente, la aparición, en la arena mundial, de los rebeldes hutís y sus ataques tanto a territorio de Israel como al tráfico marítimo por el mar Rojo.
El incremento de los mencionados ataques sobre buques mercantes de las más diversas nacionalidades, empleando cohetes, misiles de alcance medio o “drones Kamikaze” (munición merodeadora) llevó a Estados Unidos de América a conformar una coalición de países bajo el nombre de “Operación Guardián de la Prosperidad”, integrada por medios navales pertenecientes al Reino Unido, Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles y España, siendo su propósito “afrontar los desafíos a la seguridad en el sur del mar Rojo y el golfo de Adén, garantizando la libertad de navegación para todos los países e impulsar la seguridad y prosperidad regional” como señalara el Secretario de Estado de Estados Unidos de América, Lloyd Austin.
Será esta fuerza naval suficiente para controlar la expansión de este grupo rebelde y su impacto en el movimiento de bienes en tan importantes rutas marítimas mirando hacia el 2024? Probablemente la respuesta es no. Y esta mirada negativa no dice relación con las capacidades y medios serán involucrados en este esfuerzo, sino más bien en la asimetría con que los rebeldes actúan, lo que probablemente implicará la necesidad de buscarlos en tierra, pasando a una fase siguiente en este conflicto.
Como hemos señalado en columnas anteriores, el potencial impacto que estos sucesos tienen sobre nuestra realidad es más cercana de los pudiéramos pensar, fundamentalmente por lo que el estrangulamiento de estas rutas implica para el comercio entre Europa y Asia, el flujo de hidrocarburos hacia el viejo continente y el encarecimiento del movimiento de cargas que implica el navegar buscando rutas alternativas.
En esa mirada amplia es que debemos seguir con atención lo que pudiera ocurrir en el océano Índico, dado que, en esos lejanos lugares también hay naciones que buscan su posicionamiento en este gran tablero de la geopolítica mundial. India, Paquistán y Tailandia siguen con atención los sucesos de Oriente Medio, y cómo pueden afectar a sus intereses, tanto en el citado océano como también en sus posibilidades de comercio.
De igual forma, las fricciones que se continúan produciendo en el mar de la China Meridional y la posición que van tomando los países de la región, alineándose con China o con Estados Unidos, agrega otras áreas potenciales de conflicto. Ya en las pasadas semanas hemos sido testigos de los enfrentamientos producidos entre embarcaciones filipinas y unidades de Guarda Costa chinos.
En definitiva, la evolución de los diferentes focos de conflicto a nivel mundial, para este próximo 2024 están lejos de aplacarse, por lo que será necesario seguirlos con atención, en particular, por los efectos que pueden traer, tanto a la economía mundial, como a la nuestra en particular. La seguridad de nuestras cargas y productos, que, en un porcentaje significativo, tienen como destino mercados de algunos de los países se han señalado, o que están en búsqueda de abrirse paso hacia nuevos destinos, pero, nuevamente, en esa misma zona geográfica del mundo nos imponen como país, el estar preparados para estos desafíos, en una mirada grande, no solo de nuestro entorno cercano.
Leonardo Quijarro Santibáñez
Profesor Residente Sostenimiento y Planificación en Academia de Guerra Naval
Contraalmirante en retiro. Es Licenciado en Ciencias Navales y Marítimas. Ingeniero Naval Electrónico, Academia Politécnica Naval. Magister en Ciencias Navales y Marítimas, Academia de Guerra Naval. Diplomado en Ingeniería Industrial con mención en Gestión de Empresas, Universidad de Concepción. Diplomado en Asuntos Antárticos, Universidad de Magallanes. Diplomado en Alta Dirección, Academia de Guerra Naval. Profesor Militar de Academia en la especialidad de Operaciones Navales.