Sr. Director,
Hablar de jubilación implica una discusión política, valórica y económica, de un fenómeno global con implicancias particulares en nuestras sociedades. Donde la Terapia Ocupacional no está ajena al análisis de esta situación.
Desde la Terapia Ocupacional Social, es comprensible la jubilación como una ocupación humana, es decir, es una situación constitutiva del ser humano sujeto a la sociedad en la que convive. Por ende, la jubilación misma es una expresión de las condiciones en que se reproduce ocupacionalmente la sociedad contemporánea.
Sin duda que estas definiciones contrastan con la historia social, donde se evidencian una serie de disputas, revoluciones y protestas en el marco del desarrollo de la producción capitalista de la vida; con avances y retrocesos acerca de los derechos laborales y mejores condiciones de vida para las personas.
Es sabido que el trabajo moderno como invención de la sociedad industrial y post-industrial, ya sea productivo, asalariado, doméstico y de cuidado, genera efectos en la salud de las personas; hombres y mujeres, que lo desarrollan, tienen consecuencias en su expectativa de vida y las condiciones socio-sanitarias de su vejez.
Desde la disciplina se han estudiado las transiciones ocupacionales que viven las personas en edad de jubilación, identificando riesgos personales como pérdida de identidad y bienestar ocupacional, con afectación de su cotidianeidad y salud mental.
Avanzar hacia una jubilación decente, es construir una ocupación humana en un marco de condiciones de dignidad, de justicia social, y de solidaridad intergeneracional para las personas mayores que viven esta etapa de su vida; propuestas sustentadas por la Organización Internacional del Trabajo como la cobertura universal, montos de pensión suficientes, mantenimiento de poder adquisitivo y responsabilidad estatal de financiar el sistema.
Rodrigo Vera Angulo
Académico Terapia Ocupacional
Universidad Andres Bello sede Concepción