Una nueva recesión mundial está en perspectiva

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Vu00edctor SalasUno no quisiera hablar de estas cosas, para no ser catalogado de pesimista, pero los hechos económicos nacionales e internacionales son porfiados e interrumpen algunas interpretaciones felices. Por eso es bueno analizar que está pasando respecto de las perspectivas recesivas en la economía mundial y los desafíos que una tal crisis provocaría en la estabilidad macroeconómica de nuestro país.


Las perspectivas recesivas a nivel mundial para este año

Cada vez más se afirma la probabilidad de que la economía mundial entre en recesión, ya sea por los esfuerzos que realizan los países desarrollados para enfrentar la alta inflación que tienen, la que además se ha vuelto de difícil contención, pese a que para controlarla se han adoptado políticas monetarias fuertemente contractivas. O, también, porque las quiebras y dificultades que emergieron en marzo 2023 en el sistema bancario financiero mundial se profundicen y se desaten los factores de incertidumbre asociados.


La inflación de USA normalmente había fluctuado alrededor del 2%, pero en enero 2023 llegó a 6,4% y comenzó a bajar, llegando en marzo a 5,0%. Mientras que la tasa de referencia de la FED subió, desde la pandemia COVID, donde estuvo entre 0 y 0,25% a un intervalo de 4,75% a 5,00%, tasa que se espera vuelva a subir en mayo. Decisión que se asocia al hecho de que el índice de precios subyacente (menos comestibles y combustibles) de EE. UU. muestra una tendencia a permanecer más alto (5,6% en marzo 2023) que el índice general de precios, indicando una más lenta convergencia en el ajuste de precios. La decisión de la FED de mantener una política monetaria contractiva ocurrirá, aunque los datos recientes estén dando indicios de que se comienzan a manifestar caídas de producto en EE.UU., donde el Leading Economic Index, LEI, de la Conference Board de marzo, declinó en a -1,2%, confirmando que a partir del 2º semestre EE. UU. podría tener una recesión moderada.


Similar situación se observa en las tasas de referencia de Zona Euro y otras economías desarrolladas donde se ha vuelto más difícil controlar la inflación. Es decir, la perspectiva es que los bancos centrales de las economías desarrolladas sigan subiendo la tasa de política monetaria, para reducir la demanda de bienes y servicios y la actividad productiva, apuntando todo a una recesión de esas economías que desde luego se propagará a las nuestras.


Por otro lado, si bien se controlaron las recientes quiebras bancarias de marzo ppdo, subsiste una larvada perspectiva de crisis en el sector, lo que podría terminar (por incertidumbre) contrayendo la demanda, el Producto y las presiones de precios en todas las economías del mundo. En ese caso el tema no es que la FED y/o el BCE suban la tasa de referencia para controlar la inflación, sino que podría no ser necesario que lo hagan, postergando tal aumento para después de mayo, si la crisis bancaria se manifiesta más pronto este año y entonces será esa crisis la que provocará recesión económica mundial que desde luego, contendrá las presiones inflacionarias porque la crisis bancaria se encarga de generar efectos negativos en la actividad productiva y en la demanda y eso también contendrá los precios internacionales y también los nuestros.


El análisis de estos procesos en USA, Zona Euro y países desarrollados permite reconocer que una recesión mundial es una perspectiva cierta o, que al menos habrá un fuerte estancamiento, que puede también tendría efectos sobre nuestra economía.


Desafíos para la estabilidad macroeconómica de Chile

Sabemos que la inflación que Chile enfrenta no solo es de demanda, sino también de costos, especialmente porque los precios internacionales subieron en la pandemia y se han mantenido altos (petróleo, cereales y otros), determinando que los factores externos expliquen más del 50% de las presiones inflacionarias que vivimos. Entonces, en este período de ajuste de precios en la economía mundial, que se estima ocurrirá tal vez durante los próximos dos o tres primeros trimestres del año, persistirán los efectos desequilibrantes de la situación internacional en la economía chilena y, a nuestros precios internos, también les costará bajar, manteniendo alta la inflación chilena, dificultando así que el Banco Central reduzca su alta tasa de política monetaria (en 11,25% desde octubre de 2022), haciendo que la tasa de interés de nuestra economía continúe alta en casi todo el resto del año.


Los aumentos de las tasas de referencia que se espera sigan haciendo la FED y el BCE, terminarán controlando los precios en EE.UU. y en la Zona Euro, pero ello ocurrirá cuando las altas tasas de interés logren la reducción de sus propios niveles de actividad productiva, en cuyo caso Chile se verá enfrentado a una caída de la demanda mundial de bienes y servicios, lo que significa menor demanda externa para la economía chilena (caerían las exportaciones) y, como también caerían los precios internacionales, bajarían nuestras importaciones.


Mientras estén altos nuestros precios internos el Estado seguirá entregando subsidios a los sectores de menores ingresos, para compensar los mayores aumentos de los alimentos. A la vez, habrá que aumentar el gasto fiscal para financiar los aumentos del salario mínimo (hoy en plena discusión) y los subsidios a los desempleados que surjan del ajuste de la actividad productiva, que normalmente ocurre cuando existe recesión o estancamiento de la economía.


Habrán también, efectos económicos asociados con la contención de la incertidumbre política que podría estar asociada, en estos momentos, con dos grandes dimensiones, una se refiere al avance que el Gobierno y la oposición logre en la solución de los problemas derivados de la situación de inseguridad que vive la ciudadanía en el país. Otra, dice relación con los resultados que finalmente alcance el nuevo proceso constitucional que está en pleno desarrollo y que culminará en diciembre próximo.


Víctor Salas Opazo, 

Departamento de Economía USACH

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