​La ilusión y la realidad, duro dilema para la política económica en Chile

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Victor Salas


Unos dicen ¡Buen IMACEC!, porque el Índice Mensual de la Actividad Económica solo cayó en 1% en diciembre 2022, menos de lo que todos esperaban. Pero seamos claros, este resultado nos habla de que el PIB de Chile en 2022 creció entre 2,5 y 2,7% y no entre 2,2 o 2,4%, valores que esperaba recientemente el mercado y el Banco Central. Pero está claro que estamos en un tren de caída de la actividad productiva y el mismo Central estimó que en 2023 el PIB caería entre -1,75% y -0,75%, al igual lo hizo el FMI que estima un resultado de -1,0% para 2023.


Aquí hay un problema que resolver, reducir la inflación, ella nos “come” parte importante de los sueldos que recibe la mayor parte de la población chilena (realidad), que normalmente no se reajusta según suben los precios. La población y especialmente los más vulnerables se ven afectados por el alza de precios (la canasta básica de alimentos subió 28,2% en el año mientras el IPC solo lo hizo en 12,8%).


Bien sabemos que la reducción de la inflación, lamentablemente está asociada con la reducción de la actividad productiva y de la demanda interna. Otros caminos son ilusiones pasajeras. En ese sentido los hacedores de la política económica en Chile han estado cautos durante el 2022. El gobierno, ha manejado una política fiscal restrictiva (con 1% de superávit fiscal), mientras que el Banco Central ha subido su tasa de política monetaria fuertemente hasta 11,25% buscando controlar los precios y la ha mantenido ahí desde noviembre pasado.


Además, sabemos que los factores externos también impulsan de manera importante la inflación en Chile (realidad). La inflación a nivel internacional sigue alta y los bancos centrales aún siguen subiendo las tasas de referencia para controlarla, como el FED ayer (01.02.2023), que subió 25 pb llevando su tasa al rango de 4,50 a 4,75% indicando que “la inflación ha disminuido un poco (llegó a 6,5% en diciembre 2022), pero sigue siendo elevada”. Esta expresión junto con la meta de una inflación de 2% del mismo organismo hace que algunos sectores de ese país estimen, como sostiene Bloomberg, que la FED en su afán de controlar la inflación puede llevar a Estados Unidos a una recesión (65% de probabilidad).


Luego, si los precios internacionales están aún creciendo o muy altos (realidad), intervenir el mercado cambiario (ilusión), tampoco es una solución, como ya sabemos y tenemos experiencias recientes que no pudieron revertir las tendencias del mercado internacional y de las expectativas que buscan refugio en dólares. Las primeras no las controlamos y las segundas a duras penas los hacedores de la política económica tienen influencia en ellas.


El balance de políticas es la respuesta. La calidad de la política económica que se aplique tiene que ver no solo con aspectos técnicos sino también la capacidad de percibir lo que pasa en la realidad económica, social y política del país y aplicar medidas en los momentos precisos para conseguir el balance de control de precios junto con la reducción de la actividad productiva, lo suficiente como para lograr bajar la demanda interna y la inflación de precios sin entrar en una recesión profunda.


Víctor Salas Opazo

Departamento de Economía

Universidad de Santiago de Chile

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