Fabiola Romero, Académica Escuela de Nutrición y Dietética UNAB

​Hidratación y calor

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Cartas al director


Sr. director,


Estar expuesto a jornadas de mucho calor y no beber agua puede causar distintos efectos en nuestra salud y bienestar, como fatiga, disminución de la función cognitiva, alteraciones en el estado de ánimo, una caída en la presión arterial y en la humedad de la piel.

La falta de agua en nuestro organismo podría incluso contraer nuestro cerebro por el esfuerzo extremo que realiza para funcionar.

El calor no siempre espera al verano, por lo que es fundamental una correcta hidratación. Para esto debemos priorizar beber agua de la llave o filtrada y no considerar como hidratación el consumo de jugo, bebidas, té o café, pues tienen el efecto contrario.

Para activar nuestro metabolismo e hidratar nuestro cuerpo que ha estado en reposo, al despertar debemos consumir un vaso de agua, acción que debiéramos repetir por cada ingesta de alimentos en el día.

Asimismo, una manera de hacerlo más ameno puede ser saborizar el agua naturalmente con algún trozo de fruta o cáscara, o bien, preferir alimentos que contengan más agua como hortalizas verdes: apio, lechuga, pepino; y frutas de verano: frutillas, sandía, melón, pera, pepino, entre otros.

Por otro lado, un consejo simple y útil puede ser usar una botella sin BPA, con la que podemos hidratarnos en cualquier momento y además saber la cantidad de agua diaria consumida. Para los más pequeños una botella colorida podría ser un gran incentivo.

En días de calor, la hidratación es primordial, no esperemos a tener sed, es mejor adelantarse a esta señal de deshidratación y evitar efectos secundarios como problemas digestivos, estreñimiento, dolores de cabeza, piel seca, entre otros.


Fabiola Romero

Académica Escuela de Nutrición y Dietética UNAB

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