Un plagio deletéreo

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Luis Riveros

El Dr. Lautaro Ríos Álvarez, profesor emérito de la Universidad de Valparaíso y distinguido constitucionalista, denunció un hecho de la mayor gravedad para la República. Fruto de su investigación sobre textos comparados, descubrió que el proyecto de nueva Constitución preparado por la Convención Constitucional, “..cuyo texto pasó a la Comisión de Armonización de la Nueva Constitución, no era más que una copia imitativa de la nueva Constitución de Bolivia..”. En esa línea, entregó al Diario Constitucional “un estudio demostrativo de este plagio vergonzoso, que no se condice con la tradicional madurez política del pueblo chileno ni con una reforma destinada a orientar nuestro futuro desarrollo”. Agrega que “El proyecto en “Armonización” no es más que una copia servil de la Constitución Boliviana de 2009, que talvez sea apta para el pueblo boliviano que la aprobó, pero que resulta una vergüenza para el pueblo chileno..”. El denuncio formulado reviste la mayor gravedad y, efectivamente, se constituye en una vergüenza nacional que va más allá del debate sobre el apruebo o rechazo del texto, el cual ha ocupado el sitial más destacado en la política nacional.

Las primeras reacciones conocidas se han orientado a descalificar la opinión formulada por el profesor Ríos. Difícil aceptar las críticas sobre su persona, al tratarse de un académico de reconocida trayectoria y que fue además férreo detractor del gobierno militar. Los calificativos que intentan denostar su persona no aplican y se suman a la vergüenza del plagio que se denuncia. No se conocen explicaciones formales sobre el tema ni ningún mea culpa por parte del órgano encargado de la redacción del borrador constitucional, organizado y financiado para abordar esa tarea. Ha existido, simplemente, un silencio generalizado sobre un tema que es de la mayor gravedad y que se constituye en un verdadero bochorno que podría marcar el más negativo hecho histórico en torno al documento que debiera regir la vida nacional por las próximas décadas. El verdadero fracaso para el país que envolvería el reconocimiento de tal hecho, no puede desligarse del prolongado tiempo y significativos recursos que significó el trabajo de la Convención Constitucional, que se podría ahora resumir como un plagio indigno.

Este plagio explicaría algunas normas que trae el proyecto o borrador que reemplazaría nuestra actual Constitución de 2005 y que han revestido debate sobre su discutible aplicabilidad al caso chileno. Sobre todo en aspectos como el Estado Plurinacional, el cual hace mucho sentido en un país como Bolivia que cuenta con una alta proporción de pueblos originarios, pero que hace poco sentido en un país como Chile donde la población indígena es efectivamente muy reducida proporcionalmente. También la copia del texto Boliviano explica la postulada separación que se introduce entre población indígena y no indígena, estableciendo una verdadera segregación en desmedro de la segunda, incluyendo un derecho a veto que se establece sobre cualquier iniciativa legal o administrativa que afecte a la población descendiente de pueblos originarios. Muchas veces se escuchó que eran los trabajos de García Linera, los que habían ejercido gran influencia ideológica en un sector importante de la Convención Constitucional. Ahora sabemos que la influencia de la Constitución Boliviana fue más simple y directa al replicarse textualmente muchos de sus preceptos. Sobre esto, el país necesita una explicación clara y contundente por parte de las directivas de la CC y de sus miembros y distintas bancadas. ¿Cómo es posible que se procediera de este modo?

Se ha dicho muchas veces: la Constitución es el armazón jurídico fundamental que tiene un país, y se constituye en una norma con permanencia a través de generaciones. No es posible ni aceptable que tal fundamental documento para la vida futura del país, sea una simple copia de otro que obedece a una realidad muy distinta, y que habría sido simplemente plagiado con inconfesables propósitos. Es indudable que más allá del debate sobre los contenidos del proyecto Constitucional, es fundamental urgente y decisivo, que se aclare ante el país el acto constitutivo de una tan seria falta que compromete el honor nacional.


Prof. Luis A. Riveros 

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