La universidad, pilar de confianza pública

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En tiempos marcados por las desconfianzas, incredulidad, funas, paros, tomas y criticas muchas veces sin sustento, la reputación institucional - especialmente, la pública - emerge como un activo estratégico crucial. La reputación es en esencia la representación acumulada de prácticas, compromisos y vínculos genuinos que ella construye, desarrolla y mantiene con el entorno. En esta dimensión, las universidades, como centros de conocimiento, formación y compromiso social deben priorizar acciones que fortalezcan la legitimidad democrática y la confianza pública.


Su rol principal reside en alinear su labor académica con las necesidades ciudadanas, generando y transmitiendo conocimiento científico y aplicado. Las Universidades deben ser el espacio de confianza que acoja la pluralidad de ideas que se manifiestan libre y espontáneamente en la sociedad y el territorio, contribuyendo así al fortalecimiento de relaciones de colaboración con las distintas expresiones de la comunidad organizada. Su reputación, debe transformarlas en garantes de la veracidad, contenidos y acciones pertinentes y comprometidas con los desafíos que enfrentan las comunidades o territorios en los que se encuentran inmersas.


Los territorios son entramados sociales, culturales y políticos donde se juegan disputas por el reconocimiento, la inversión y la gobernanza. Una universidad que se vincula estratégicamente con su territorio - que lo estudia, lo acompaña y lo transforma - gana merecidamente legitimidad al contribuir al fortalecimiento de las capacidades locales, a profesionalizar el sector público y a generar soluciones contextualizadas.


Es evidente que la construcción reputacional exige algunas condiciones, entre ellas: 1) Coherencia interna: las universidades deben cuidar que sus discursos institucionales estén respaldados por prácticas efectivas, evitando la disonancia entre lo que se dice y lo que se hace. 2) Apertura relacional: la reputación no se construye en el aislamiento, sino en el diálogo con actores diversos - municipios, organizaciones sociales, sector privado- que validan o cuestionan el rol de la universidad en el territorio y 3) Capacidad editorial: comunicar, con verdad, rigurosidad y de manera simple, son elementos claves para construir o fortalecer una imagen institucional sólida y creíble.


Las universidades y su comunidad, deben entender que el fortalecimiento de su reputación es fundamental para aumentar o mantener su incidencia en la agenda pública, y vital también para lograr su sostenibilidad institucional. Las universidades deben articular su identidad con las dinámicas territoriales y transformarse en referentes éticos y técnicos para la paz y transformación social. Son las instituciones llamadas a liderar con integridad, a comunicar con propósito y a construir legitimidad desde la acción. 


Américo Ibarra Lara

Director Instituto del Ambiente Construido

Observatorio en Política Pública del Territorio

Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido

Universidad de Santiago de Chile

europapress