Estudio indica que menor impacto ambiental de uso de GNL ayudará a cumplir nueva norma marítima en 2020

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Durante el próximo año, entrará en vigencia la norma OMI 2020 dictada por la Organización Marítima Internacional que obligará a la industria marítima global a tener un nivel máximo de azufre en sus combustibles, reduciendo así la contaminación en el ecosistema derivada de sus operaciones cotidianas.

De acuerdo al reporte “Propuesta de Valor OMI 2020” de KPMG existen tres alternativas para cumplir de una manera adecuada esta norma y que son el uso de combustibles altos y bajos en sulfuro y el Gas Natural Licuado.

Dependiendo de las rutas más transitadas por las naves, algunas tendrán acceso a combustibles con tarifas búnker más convenientes que otras, aunque a un costo mayor de refaccionamiento de la nave, por dar un ejemplo, señala el informe.

Según Lorena Herrera, Gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático de KPMG, “esta norma de la OMI tendrá un impacto en toda la industria marítima que ya se encuentra en medio de una renovación radical, y todo se evalúa en función de su eficiencia, rentabilidad y necesidad general”.


Relevancia del Gas Natural Licuado


El impacto ambiental también tendrá un efecto en el cumplimiento de esta norma. Según lo indicado en el estudio el gas natural licuado es el menos dañino para el ambiente, ya que se evapora rápidamente al derramarse en suelos o en cuerpos de agua.

En ese sentido, el reporte señala que el Gas Natural Licuado es el “combustible del futuro” debido a su impacto ecológico sostenible y sus abundantes reservas, “al menos hasta que se encuentre y utilice una fuente de energía más limpia”.

Así, el GNL se plantea como una alternativa viable a las fuentes de energía utilizadas actualmente. “Por estos factores, se esperaría que la industria marítima sea más rápida en obtener buques de Gas Natural Licuado, de hecho, se estima que, de acá a enero de 2020, fecha en que se implementará la nueva norma, los buques preparados para el GNL no superarán los 500”, dice el reporte.

En consecuencia, esto podría dar lugar a un aumento de las tarifas de flete para los buques que cumplen con los requisitos, así como a una caída en las tarifas de los buques que no cumplen, que actualmente son la mayoría de la flota mercante mundial. Esto podría llevar a que otra ola de embarcaciones se considere obsoleta, ya que las embarcaciones antiguas pierden un valor significativo con la inflación de las nuevas construcciones. Sin embargo, el GNL podría tener las mejores perspectivas, con su compatibilidad ecológica y uso más económico, para ser el combustible que impulse la economía marítima en los años venideros.

No obstante, la oferta y la demanda es un factor que seguirá siendo clave, los combustibles altos en sulfuro seguirán siendo la fuente de combustible más accesible, ya que las alternativas más beneficiosas para el medioambiente aún están en etapa de desarrollo y no han llegado a un nivel de estabilidad que permita hacer estimaciones de volumen y valor a largo plazo.


Perspectivas a futuro


El estudio indica que algunos puertos como los europeos ya están avanzando en ajustar su infraestructura marítima con terminales de Gas Natural Licuado a medida que se acerca la fecha de implementación de la norma, debido a que este será el combustible en el que la mayoría de los barcos correrán en el futuro.

En ese sentido, se estima que los costos de implementación oscilarán entre los US$60.000 y US$80.000 millones. El monto total dependerá de las diferencias de los precios de los combustibles con bajo y alto contenido de azufre que se ve afectado, entre otros factores, por las tensiones comerciales internacionales.

Para Lorena Herrera, con esta norma que se implementará a nivel global, la industria marítima “está siendo llevada a un futuro de sostenibilidad ambientalmente amigable que se perfila no sólo para impactar a esta industria sino a toda la cadena logística de suministro y las industrias integradas en ella”.

europapress