|
Germán Pinto |
Leyendo el “borrador” de Pacto por el Crecimiento Económico, el Progreso Social y la Responsabilidad Fiscal que concentra las medidas que, tal vez, contenga una futura reforma tributaria impulsada por este gobierno, me percaté que nuevamente se ha considerado la reducción del Impuesto de Timbres y Estampillas como una herramienta para estimular la actividad económica.
El Servicio de Impuestos Internos (SII) ya cuenta con el informe que estima la brecha entre la recaudación y el cumplimiento tributario que preparó el ex director nacional de ese organismo, don Michel Jorratt, el cual dimensiona en lo equivalente a 6,5% del PIB aquella recaudación de deja de recibir el Fisco por evasión, elusión y subdeclaración. Los dos tributos considerados son el IVA y el impuesto a la Renta que afecta a las empresas.
En marzo de este año fue rechazada la reforma tributaria de este gobierno, la cual tenía énfasis en el aumento de la recaudación, asumiendo que ésta era la herramienta adecuada para solucionar las necesidades sociales que desde 2019 eran vehementemente demandadas. El rechazo a la idea de legislar fue una combinación de la valoración de aspectos técnico y una cuota de juego político de la oposición y también del mismo oficialismo.
La corrupción es como la lepra: una enfermedad que es contagiosa, sus síntomas pueden surgir años después de estar contagiado y deja daños irreparables.
Luego de leer la propuesta de nueva constitución, en lo atingente a los tributos, puedo apreciar que el constituyente mantuvo la estructura consagrada en la actual constitución, incorporando algunos elementos que no alteran su esencia, lo cual permite concluir que validad el sistema que nos ha regido durante estos 30 años.
Mucho revuelo ha generado la inédita mención de la letra c) del número 29 del artículo 16 de la Propuesta de Constitución Política de la República que debemos votar el próximo 17 de diciembre, que señala expresamente: “El inmueble destinado a la vivienda principal del propietario, sea que la habite solo o con su familia, en su caso, estará exento de toda contribución e impuesto territorial.
Ya está disponible en proyecto de nueva constitución, la cual podemos estudiarla para votar informados y conscientes de la materia tratada el próximo 17 de diciembre.
Nuevamente se ha mencionado que sería eficiente aumentar la base de tributación de los impuestos personales para lograr una mayor recaudación en una futura reforma tributaria, política que hasta ahora, no me convence.
En agosto recién pasado nuestro ministro de Hacienda había afirmado que “cuando presentemos nuestro proyecto tributario en marzo, lo más probables es que llevemos seis meses de crecimiento”. Agosto ya pasó, septiembre y estamos terminando octubre… y no estamos creciendo.
Motivado por el Pacto Fiscal que está impulsando el ministerio de Hacienda y la discusión de la Ley de Presupuestos 2024, estuve revisando la experiencia mundial sobre recaudación e ingresos fiscales y llegué al caso de Irlanda, el cual me pareció muy interesante para “reflexionar” y utilizar como parámetro para evaluar nuestras políticas sobre la materia.