Germán Pinto



Germán Pinto

Llorar por la leche derramada es una expresión que significa lamentarse por las cosas que ya no tienen remedio, y me parece que la autoridad económica llora por los 8,499 millones de dólares que dejará de recibir por el “gasto tributario” que el Servicio de Impuestos Internos (SII) calculó para el año 2023 en el marco de la preparación de la ley de Presupuesto 2024.

Ya comenzó la discusión de la Ley de Presupuesto en nuestro país, lo cual es relevante para todos los ciudadanos, porque se establecerá en qué se gastará el dinero que a todos nos han recaudado a través de nuestros impuestos, pues no hay que olvidar que el Estado no produce, sino que recauda. Por tal motivo, como “accionistas” de este presupuesto, debemos estar atento al destino de los ingresos fiscales.

El ministro de Hacienda presentará esta semana al Congreso el proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2024 la cual será analizada con mucha detención por los parlamentarios que ya han manifestados los criterios que aplicarán para evaluar la distribución de los ingresos fiscales que se espera lograr en los próximos meses, tal como lo ha manifestado la senadora Yasna Provoste quien anunció que se “requiere un Presupuesto reactivador y no austero”, siendo este anuncio distinto al realizado por el ministro Mario Marcel que ha señalado que será “austero”.

La autoridad económica señala, ante la consulta sobre los reparos de la Sofofa al hecho de que incrementar la recaudación por la vía de alzas tributarias o nuevos impuestos impide la capacidad de crecer, que es errado solo concentrarse en los efectos negativos que genera un incremento en la carga tributaria, sin mirar los beneficios que trae la buena administración de la nueva recaudación.

El otro día me topé con el Oficio 2013 de 20.07.2023 del Servicio de Impuestos Internos (SII) que establece que las mentorías están afectas con IVA, lo cual me llevó a reflexionar algo que me gustaría compartir con ustedes.

Tortuoso ha sido el camino que ha recorrido el ministro de Hacienda para llevar a cabo su reforma tributaria, partiendo con mucho entusiasmo el año pasado realizando diálogos sociales para escuchar a muchas personas: ciudadanos comunes y corrientes, ex ministros, organizaciones gremiales, académicos y otras personas que desfilamos (me incluyo) ante los miembros del equipo ministerial que desarrolló el proyecto de ley que fue rechazado completa e inéditamente en marzo de este año.

El Gasto Tributario es un concepto que la OCDE solicita que los países sinceren como una forma de transparentar aquella recaudación que deja de percibir el Fisco producto de franquicias o exenciones tributarias otorgadas a determinados sectores o agentes económicos, obligando al Servicio de Impuestos Internos a informarlos periódicamente tal cuantía. 

El Ministro de Hacienda está recorriendo el país explicando lo las ideas del Pacto Fiscal que prontamente se materializará en proyectos de leyes, señalando que una de las vías para aumentar la recaudación es el combate contra la elusión y evasión tributaria.

La semana pasada me consultaron cuándo era oportuno aplicar una reforma tributaria: cuando la economía está creciendo o cuando está deprimida. Mi respuesta fue, depende lo que busques con el proyecto. 

Dentro de las medidas que estarían incluidas en la agenda procrecimiento que está dentro del Pacto Fiscal que ahora está llevando adelante el ministerio de Hacienda, ha trascendido las medidas para tratar la informalidad en materias tributarias. Si bien es un criterio correcto y que es eficiente “tratar” este tema, considero que el talante demostrado tiene una orientación errada.