Presupuesto del país: ingresos vs gastos

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Germau0301n Pinto (1)

Ya comenzó la discusión de la Ley de Presupuesto en nuestro país, lo cual es relevante para todos los ciudadanos, porque se establecerá en qué se gastará el dinero que a todos nos han recaudado a través de nuestros impuestos, pues no hay que olvidar que el Estado no produce, sino que recauda. Por tal motivo, como “accionistas” de este presupuesto, debemos estar atento al destino de los ingresos fiscales.


En este escenario, el presidente ha anticipado que para el 2024 el Estado aumentará su gasto en un 3,5% con relación al año anterior, lo cual es discreto si comparamos con el 2017 que aumentó en un 4,7%, el 2019 un 4,2%, el 2020 10,4% o el 2021 que fue 33,4%. En todo caso, los años 2020 y 2021 están influenciados por la pandemia que, evidentemente, obligó a gastar muchísimo más que en otras ocasiones. Sin embargo, cada día tiene su afán y debemos analizar el incremento proyectado en esta ocasión considerando los factores particulares que estamos enfrentados a vivir en este periodo.


De acuerdo a lo trascendido, el 3,5% de incremento será destinado a proyectos vinculados con seguridad, salud, educación, vivienda, emergencia, cuidados y cultura, todas áreas importantes y de directo beneficio para la población, lo cual es muy destacable. ¿Podría ser otra forma? Yo creo que no, pues ¿qué otra materia podría ser gastado el erario nacional?


Una segunda reflexión que surge de forma inmediata es ¿De dónde saldrán los recursos para tales cometidos? Ahí viene el tema tributario.


Como ya he señalado, el Estado no genera ingresos, sino que los recauda de los particulares a través del cobro de los tributos. Es por tal motivo que debemos preguntar si ese incremento obligará a un aporte adicional de nuestra parte. Al parecer, sí, pues desde el inicio de su gestión, el ministro de Hacienda ha intentado lograr tramitar una reforma tributaria que incremente notablemente las arcas fiscales para satisfacer una serie de demandas.


Independientemente el derrotero realizado por el ministro para lograr apoyo en su reforma, lo último que ha trascendido es que el marzo enviará al Congreso el proyecto que busca incrementar los ingresos fiscales en una suma que sería equivalente a 2,7% del PIB, es decir, aproximadamente 8,1 mil millones de dólares. Si bien no significa que ese incremento financiará directamente el 3,5% de aumento del gasto presupuestado, si ayudará. En otras palabras, la propuesta de incrementar el gasto en las áreas ya señaladas, deben ser financiadas de alguna forma, siendo la vía natural y evidente, por la reforma tributaria que se está negociando con distintos actores.


En la misma línea, es bueno tener claro que el 2,7% de mayores recursos que se esperan recaudar con la futura reforma tributaria estarán destinado a financiar pensiones (la PGU), salud, protección social y seguridad ciudadana, conceptos que están incluidos en el incremento del gasto público ya anunciado, eso sí, podemos entender que educación, vivienda y emergencia serán financiado por ingresos que ya tiene el Estado, pues no están incluidos en el destino que se ha publicitado de los nuevos ingresos que serán recaudados.


La duda que surge ahora, es si realmente se contará con los recursos para poder cumplir con la Ley de Presupuestos, pues, como ya señalé, implica mayor gasto fiscal que debe ser financiado, con lo cual debemos esperar que realmente la reforma tributaria; primero, sea aproaba, y segundo, genere realmente la nueva recaudación equivalente al 2,7% del PIB.

Ahí surgen las dudas.


En primer lugar, el mayor gasto fiscal puede generar mayores ingresos a través del estímulo que se espera tendrá la Ley de Presupuestos al haber nuevos proyectos en los cuales los particulares podrán participar, generando mayores empresas y permitiendo que se asuma más mano de obra.


Es así como el incremento en vivienda permitirá que empresas constructoras contraten más mano de obra que redundará en absorción de mano de obra cesante que está preocupando a la autoridad, pues también hemos sabido que la desocupación nacional ha subido a un 9% en el último trimestre móvil junio-agosto, siendo la mayor en más de dos años. Si realmente el mayor gasto permite estimular el sector inmobiliario, se podrá superar y corregir este mal índice que estamos analizando


En segundo lugar, surge otra pregunta ¿los privados podrán responder a este incremento en el gasto fiscal?

La respuesta es sí, siempre que cuentan con los estímulos para emprender, situación que no está muy clara.



Si pensamos los niveles de tasas de interés de los créditos hipotecarios, podemos entender que no es atractivo endeudarse para adquirir las nuevas viviendas que serán construidas con el impulso fiscal proyectado en la Ley de Presupuestos, lo que puede hacer poco atractiva la idea de emprender nuevos proyectos inmobiliarios y, de esta forma, sería ineficiente el incremento en el gasto presupuestario.


Otro elemento importante es que la futura reforma tributario no incremente excesivamente la carga tributaria como se anunció en marzo pasado, como tampoco inhiba el emprendimiento.


Creo que esto último ha sido escuchado por la autoridad y ha trascendido que el nuevo pacto fiscal tendrá un capítulo interesante de estímulos para la inversión y el ahorro que no redundarán en una mayor recaudación, sino en la apuesta que generarán un estímulo para la inversión y, de esa forma, responder a la mayor demanda que provocará el gasto y la demanda de particulares.


Como podemos apreciar, son muchas las variables en juego y apuestas que se están haciendo que esperamos todas sean manejadas con eficiencia y que los resultados sean beneficiosos porque su éxito nos favorecerá a todos como partes de este país que nos cobija.


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Programas de Especialización Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago

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