El producto interno bruto (PIB) anotó un crecimiento anual de 1,6% en el tercer trimestre del 2025. Este resultado se explicó por el aumento de la demanda interna, que presentó una variación de 5,8%, impulsada por la inversión y el consumo. De acuerdo al informe Cuentas Nacionales correspondiente al citado cuarto, publicado hoy por el Banco Central, durante el periodo de análisis se registró un día hábil más que el año anterior, con un efecto calendario de 0,2 puntos porcentuales.
Desde la perspectiva del origen, la expansión del PIB fue explicada, principalmente, por el comercio y los servicios personales y empresariales. En contraste, la actividad minera retrocedió, compensando en parte el resultado anterior.
Descontada la estacionalidad, la actividad económica registró una desaceleración de 0,1% respecto al trimestre anterior, incidida, principalmente, por la minería. Este efecto fue parcialmente compensado por un aumento en el margen de los servicios y el comercio .
Desde la perspectiva del gasto, el incremento de la actividad económica se sustentó en una mayor inversión y consumo. Este efecto fue compensando parcialmente por las exportaciones netas
El consumo de los hogares se expandió 2,9%, con alzas en todos sus componentes; la principal incidencia se registró en el consumo de servicios, donde destacó el mayor gasto en salud, restaurantes y hoteles, y transporte. Le siguieron en contribución los bienes no durables que presentaron mayores compras de vestuario y alimentos. En tanto, el consumo de bienes durables fue incidido, principalmente, por las ventas de productos tecnológicos.
La inversión aumentó 16,1%, impulsada tanto por la formación bruta de capital fijo (FBCF) como por la variación de existencias. En efecto, la FBCF creció 10,0% producto de una mayor inversión en equipos de transporte camiones y buses– y en maquinaria y equipo eléctrico y electrónico. En menor medida, el componente de construcción y otras obras también aportó al resultado, liderado por las obras de ingeniería. Adicionalmente, el período registró una mayor acumulación de existencias —en particular, de productos manufacturados—, las que alcanzaron un ratio acumulado en doce meses de 0,6 del PIB.
Respecto al comercio exterior, las importaciones de bienes y servicios aumentaron 12,8% mientras que las exportaciones no registraron variación.
Las exportaciones de bienes retrocedieron 0,6% incididas, principalmente, por una contracción en los envíos de cobre. En contraste, las exportaciones de oro, alimentos y productos químicos aumentaron. En tanto, las exportaciones de servicios presentaron un crecimiento de 4,6%, reflejo de un mayor gasto en turismo.
Las importaciones de bienes aumentaron 14,7%, lideradas por las internaciones de maquinaria y equipo, en particular, de equipos eléctricos y electrónicos, camiones y buses. Las importaciones de servicios también crecieron, destacando los servicios empresariales.
En términos desestacionalizados, la desaceleración del PIB fue incidida, mayormente, por la variación de existencias y las exportaciones netas. Compensó en parte al efecto anterior un aumento trimestral de la inversión en maquinaria y equipo.
El ingreso nacional bruto disponible real presentó un crecimiento de 3,0%, resultado que fue mayor al exhibido por el PIB, lo que se explicó por el efecto positivo de los términos de intercambio.
El ahorro bruto total ascendió a 26,2% del PIB en términos nominales, compuesto de un ahorro nacional de 20,8% del PIB y un ahorro externo de 5,4% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos.