Sr. Director,
El debate sobre el FES ha reabierto la discusión del sistema que reemplazará al Crédito con Aval del Estado. Aunque la propuesta busca ser más equitativa y sostenible, en el Senado y entre expertos se señala que aún hay vacíos importantes y podría repetir problemas como la carga fiscal alta o la inestabilidad financiera para estudiantes e instituciones.
Frente a una reforma de esta magnitud, el país requiere deliberación cuidadosa y acuerdos amplios. Las políticas educativas demandan diagnósticos técnicos y procesos participativos que aseguren su legitimidad, evitando decisiones apresuradas que respondan más a la coyuntura que a una visión de largo plazo. Incluso las autoridades han reconocido la necesidad de revisar aspectos sustantivos del proyecto —como los topes de pago o los criterios de copago—, lo que evidencia que su formulación aún necesita madurar antes de transformarse en ley.
Más allá de la urgencia por mostrar avances, la educación superior merece una política pública estable, fundada en la responsabilidad fiscal, la equidad y la calidad. Solo un proceso reflexivo y sostenido permitirá construir un sistema de financiamiento que trascienda los ciclos políticos y contribuya de manera efectiva al desarrollo humano y social del país.
Pablo Müller-Ferrés
Académico Facultad de Administración y Negocios
Universidad Autónoma de Chile