Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) consideran que el nivel actual de los tipos de interés en la eurozona resulta "suficientemente robusto" para hacer frente a las posibles perturbaciones que pudieran presentarse al tener en cuenta una amplia gama de escenarios potenciales.
El resumen de las discusiones en el seno del órgano de gobierno del BCE durante su última reunión de política monetaria, publicado este jueves por la institución, constata que los miembros del Consejo llegaron a la conclusión durante sus deliberaciones de que mantenerse a la espera de más información "seguía siendo una opción muy ventajosa".
De este modo, en la reunión no hubo presión inmediata para modificar los tipos de interés oficiales al considerarse que el entorno se mantuvo más incierto de lo habitual, especialmente debido a la todavía volátil situación de la política comercial a nivel mundial, así como también a raíz de los acontecimientos geopolíticos, por lo que la incertidumbre podría justificar el mantenimiento de los tipos de interés sin cambios.
En este sentido, si bien se consideró probable que la situación actual cambiara sustancialmente en algún momento, se concluyó que, en la actualidad, era difícil saber cuándo y en qué sentido, por lo que mantener los tipos de interés oficiales en sus niveles actuales permitiría más tiempo para evaluar los efectos de los aranceles, las incertidumbres persistentes y otros factores de riesgo.
Asimismo, durante las discusiones en el seno del Consejo de Gobierno del BCE también se argumentó que el nivel actual de los tipos de interés debería considerarse "suficientemente robusto para gestionar las perturbaciones", en vista de los riesgos de inflación bilaterales y considerando una amplia gama de posibles escenarios.
En esta línea, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, defendía recientemente que el actual nivel de los tipos de interés en la eurozona "es el adecuado" en función de la evolución de la inflación, de las proyecciones de la entidad para los próximos años y de la transmisión de la política monetaria.
De tal modo, reiteró que el BCE no tiene ninguna senda predeterminada para los tipos, por lo que las decisiones se adoptarán en función de los datos y sólo si las circunstancias cambian, "pues lógicamente nuestro planteamiento de política monetaria, ese nivel actual que consideramos que es adecuado, se podría modificar siempre que las circunstancias se modifiquen".