Luego que en julio pasado los Pescadores Industriales del Biobío denunciaran que millones de latas de conservas etiquetadas y vendidas como “jurel” en supermercados, almacenes de barrio y entregadas hasta en los comedores escolares administrados por el Estado, en realidad no contenían dicho pescado, la Seremi de Salud Metropolitana confirmó recientemente que el producto comercializado se trataba de caballa.
Tras ello, la presidenta del gremio, Macarena Cepeda Godoy, valoró el hallazgo por parte de la autoridad sanitaria señalando que "el trabajo realizado por la Seremi de Salud Metropolitana confirma lo que denunciamos: en Chile se están comercializando más de 30 millones de latas de conserva que, bajo la etiqueta de ‘jurel’, escondían especies distintas y de menor calidad nutricional. Estamos hablando de un fraude de proporciones que afecta incluso a los programas de alimentación escolar, donde miles de niños reciben un alimento que no es lo que se declara en su rotulación. Es un hecho gravísimo que afecta a la fe pública, que engaña a las personas y que merece una condena categórica de todos los actores".
Cepeda agregó que "el jurel chileno es parte de nuestro patrimonio alimentario, es un pescado reconocido en todo el mundo por su aporte nutricional, por ser accesible para las familias, por ser procesado en plantas que desde la Región del Biobío generan empleo de calidad, especialmente a mujeres, y desarrollo social; y que, gracias a su captura responsable y sostenible, hoy es un recurso que se encuentra plenamente recuperado y sostenible. Lo que estaba en juego no solo era la transparencia del mercado, sino también la defensa de los consumidores, de una actividad productiva estratégica para el país y de un alimento patrimonio nacional que nos llena de orgullo”.
A su vez, la líder gremial manifestó que, si bien la autoridad sanitaria ordenó el retiro de los productos del mercado y su re etiquetado, arriesgando multas a las empresas involucradas que supera las 1.000 UTM, es necesario que las conservas de productos marinos expliciten su nombre comercial y el nombre científico de la especie.
"Valoramos que la autoridad sanitaria haya ordenado el retiro de los productos y su re etiquetado. Pero queremos ser más enfáticos: es indispensable que esto no vuelva a ocurrir, por ello, es fundamental que pueda por ejemplo reconocerse mediante una denominación de origen al jurel chileno, así como también se señale claramente en las conservas importadas el origen del producto y su correcta información nutricional".
“Lo ocurrido debe ser un punto de inflexión. No se trata solo de haber comprobado un engaño, sino de establecer un precedente que garantice que nunca más se ponga en duda la confianza de las personas en un producto que forma parte de nuestra identidad alimentaria. El jurel chileno merece toda la transparencia y resguardo posible, porque detrás de él hay historia, trabajo, nutrición y calidad. Lo mínimo que las familias pueden esperar es tener información clara y veraz a la hora de elegir qué llevar a su mesa”, concluyó.