Dejar debate político

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Germu00e1n Pinto (columnista)

En octubre del año pasado publiqué una opinión sobre el debate que se había dado en torno al proyecto de reforma tributaria que el actual Gobierno había presentado al Congreso. En esa oportunidad titulé mi columna como “Debate Adocenado” debido a la deslucida discusión que se había dado en esa oportunidad. Posteriormente, en enero del presente año, hice lo mismo con otra columna titulada “Paren la Chacota” debido a lo desilusionante que resultaban las declaraciones de los diputados, senadores y otros políticos, como también algunos dirigentes gremiales, que manifestaban opiniones totalmente carentes del fundamento técnico que merece tener un proyecto de ley con la envergadura que, se supone, se quiere dar a esta nueva “reforma” tributaria.

Ya estamos a mitad de año y la situación no ha cambiado, es más, ha empeorado.

Se logró un acuerdo entre la Democracia Cristiana y el Gobierno, evidenciando que las posiciones antagónicas están atrincheradas en fundamentos ideológicos y no técnicos. Es más, en la misma Democracia Cristiana hay voces disidentes como la del senador Francisco Huenchumilla quien ha dicho expresamente que la disputa en la discusión del proyecto de ley está entre la derecha y la izquierda. Sin embargo, hay que reconocer que el senador ha hecho un esfuerzo y ha adorando su diatriba con términos técnicos, pero que están total y absolutamente equivocados.

Por ejemplo, ha dicho que “durante la dictadura se hizo una reforma tributaria en la que se estableció un sistema integrado entre las empresas y los accionistas”, si bien esto es cierto, no es exclusivo para los accionistas, sino que para todo dueño de empresa, incluso para empresarios individuales que son personas naturales que tienen la dimensión de contribuyente del Impuesto a la Renta de Primera Categoría y también de contribuyente de Impuesto Global Complementario.

Luego afirmó que el sistema integrado “estuvo vigente hasta la reforma que hizo la ex presidenta Michelle Bachelet en 2014, donde se desintegró parte del sistema que beneficiaba a las grandes empresas”, o sea, la integración es algo pernicioso que la reforma 2014/2016 arregló ya que “izquierdizó” el sistema tributario. Esta afirmación también está equivocada porque el sistema de “integración del Impuesto a la Renta de Primera Categoría con el Impuesto Global Complementario y Adicional” es algo que aún está presente según reza el inciso primero del artículo 20 de la Ley sobre Impuestos a la Renta y que está vigente para todo contribuyente del Impuesto a la Renta de Primera Categoría que tiene como dueño a personas naturales. Lo que no aclara o que confunde el senador, es que la reforma 2014/2016 limitó la utilización completa del tributo de categoría como crédito contra los tributos personales, pero en ningún caso la reforma de la Ex Presidenta terminó con ese engendro de la dictadura, como él señala.

Lo que pretende hacer el proyecto de ley que se discute, o se pretende discutir en el Congreso, es corregir un elemento “técnico” relacionado con contribuyentes con iguales patrimonios y que se enfrentan a cargas tributarias distintas, representando este hecho la evidencia de una falta de equidad horizontal, debido a que empresas que tienen igual patrimonio y que se acogieron a las normas de la letra A del artículo 14 de la ley del ramo, apliquen una tasa de 25% y el total del Impuesto a la Renta como crédito, en comparación a aquellas empresas que por obligación algunas solo pudieron acogerse a la letra B del mismo articulado, deben pagar un 27% como tasa de la Primera Categoría y no aplicar la totalidad del crédito en cuestión.

La nueva reforma está aplicando la equidad horizontal y está haciendo que todas las empresas de mayor tamaño, tributen con la misma tasa del 27% y se aplique la misma cantidad de crédito contra los impuestos personales. Por otro lado, se está permitiendo que pequeñas empresas tributen con una menor tasa, aplicando en este punto, una equidad vertical donde quienes tienen más patrimonio se les aplique una mayor tasa en relación con las pequeñas.

Lo anterior es un elemento técnico y que nada tiene que ver con tributación de derecha o de izquierda, categorías que solo nacen de trasnochados postulados ideológicos que no ayudan al debate con alturas que se supone, debe imperar en el ejercicio legislativo que realizan los parlamentarios que deben tener por norte, el bienestar de los ciudadanos y no los añejos postulados de sus ideologías.


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Universidad de Santiago de Chile

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