Instituto Nacional

El Instituto...todavía

Después de meses, en el Instituto Nacional sigue la violencia desatada por sus alumnos. Pareciera que probados los métodos institucionales y democráticos para normalizar el colegio- esto es, que se den las clases sin tropezarse con bombas incendiarias- estos no han dado resultado.

Normalizando el Instituto Nacional

Escuché de un analista de la situación actual, un término que encontré no podía resumir mejor las cosas. Se está “normalizando lo anormal".

La destrucción de un símbolo

Ingresaba a las ceremonias destacadas del Instituto Nacional su histórico estandarte, mantenido siempre en una vitrina que todos veneraban por el precioso contenido. Enhiesto en manos de un estudiante secundado por otros dos, el emblema ingresaba orgulloso al recinto en medio del silencio venerado de los asistentes.

Vender el sofá..!!

Se escucha amenazante la voz de la autoridad en orden a “cerrar” el Instituto Nacional, eventual decisión que ha provocado en muchos una adhesión manifiesta. La idea, expuesta simplemente, es cerrarlo, dejar fuera a los alumnos que causan los desórdenes y volver a abrirlo sólo para los que efectivamente deseen estudiar. Una solución “de pizarrón” que obvia aspectos no menores.

El foco se ha apagado...

asta la primera década de este siglo, el Instituto Nacional mantenía un claro liderazgo en el sistema educacional, y marcaba hitos relevantes en sus resultados educativos. Ha bastado menos de una década para que todo eso se haya desmoronado, y el “primer foco de luz de la Nación” se haya convertido en una estremecedora sombra.

Ausente espíritu republicano

El Instituto Nacional es una más que bicentenaria institución republicana. Fue siempre el símbolo de la política educacional del Estado, heredero de las más importantes tradiciones nacionales como hijo que fue del proceso independentista, y protagonista de los más decisivos avatares de la Patria.