"En junio, Estados Unidos alcanzó un nuevo máximo histórico en su producción de petróleo crudo, llegando a 13,58 millones de barriles diarios. Este hito estuvo impulsado principalmente por los incrementos registrados en Texas, Nuevo México y el Golfo de México, consolidando al país como el mayor productor mundial de crudo. El repunte refleja la resiliencia del sector energético estadounidense, pese a los retos de inversión y las fluctuaciones en los precios internacionales.
El suministro total de crudo y derivados se elevó a 21 millones de barriles por día, el nivel más alto desde octubre de 2024. Este repunte no solo responde a la mayor capacidad de producción, sino también al aumento en la demanda interna. En particular, el consumo de gasolina alcanzó los 9,23 millones de bpd, el máximo desde julio de 2024, mientras que el combustible para aviones se situó en 1,85 millones de bpd, su punto más alto desde agosto de 2018.
El dinamismo en el consumo de combustibles responde, en parte, a la recuperación del transporte aéreo y al incremento del turismo durante la temporada de verano. Asimismo, la solidez del mercado laboral estadounidense, junto con el crecimiento del PIB en el segundo trimestre, ha impulsado el uso de automóviles y camiones para actividades productivas y de ocio. Estos factores han contribuido a sostener la demanda interna de energía.
En paralelo, la producción bruta de gas natural en los 48 estados inferiores también registró un récord, con 120,7 mil millones de pies cúbicos por día (bcfd). Este nivel superó el máximo alcanzado en marzo y refuerza la posición de Estados Unidos como exportador clave en los mercados globales de gas natural licuado (GNL). Los incrementos más significativos provinieron de Texas y Pensilvania, con avances de 0,7% y 1% respectivamente.
La capacidad exportadora de GNL ha sido un factor decisivo en el fortalecimiento de la industria gasífera estadounidense. En los últimos meses, las exportaciones hacia Europa y Asia han aumentado ante la persistente demanda de seguridad energética y diversificación de proveedores. Esto ha colocado a Estados Unidos en el centro de la geopolítica energética, en un contexto marcado por tensiones internacionales y cambios en los flujos comerciales.
No obstante, los altos niveles de producción también plantean retos. La presión sobre las reservas estratégicas, las limitaciones en la infraestructura de transporte y almacenamiento, así como los debates sobre la transición energética, siguen presentes en la agenda política y económica del país. El equilibrio entre el liderazgo en hidrocarburos y los compromisos climáticos es una de las principales tensiones que enfrenta la administración actual.
De cara al futuro, los analistas prevén que la producción energética de Estados Unidos se mantenga robusta, aunque con riesgos vinculados a la volatilidad de los precios internacionales, las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal y las inversiones en energías limpias. El rumbo del sector dependerá de la capacidad para sostener la competitividad, atender la demanda interna y, al mismo tiempo, adaptarse a las exigencias del cambio climático.
Conclusión, el récord en la producción de petróleo y gas natural en Estados Unidos subraya la fortaleza del sector energético en 2025. Con una demanda interna sólida y un papel estratégico en el mercado global, el país refuerza su liderazgo mundial. Sin embargo, los desafíos en infraestructura, transición energética y sostenibilidad marcan un futuro complejo, donde la clave estará en equilibrar crecimiento económico y responsabilidad ambiental.” Análisis de Antonio Di Giacomo, Analista de Mercados Financieros para LATAM en XS.