El Banco Central ha publicado el Informe de Sistemas de Pago, correspondiente a agosto de este año. De acuerdo al reporte, actualmente se realizan 374 pagos digitales anuales por persona mayor de 15 años, lo cual representa un aumento de 18,4% con respecto al año anterior. La tarjeta de débito sigue siendo el medio de pago más utilizado, mientras que el uso de las tarjetas de prepago muestra un cre cimiento acelerado, aumentando un 213% respecto del año anterior, pero partiendo de una base inicial pequeña. Por su parte, las Transferencias Electrónicas de Fondos (TEF) originadas por personas natura les representan el 65% del valor de los pagos digitales y han seguido aumentando en número de transac ciones por personas, aunque su valor promedio ha disminuido. Chile supera a varias economías europeas en uso per cápita de pagos digitales, aunque aún está por debajo de países como Canadá o Australia.
Según el informe, el mercado de tarjetas de prepago no bancarias ha crecido, con más de 11,6 millones de tarjetas vigentes y 14 emisores registrados. Algunos emisores permiten a sus clientes, a través de sus plataformas digitales, acceder a servicios adicionales como compra de divisas, criptoactivos o remesas internacionales. Es importante estar atentos al desarrollo de nuevos modelos de negocio que pueden estar incorporando riesgos no contemplados en la regulación vigente, en cuyo caso puede ser necesario incorporar mitigadores adicionales.
Las remesas desde Chile al exterior alcanzaron los USD 2.015 millones en 2024. La entrega de dinero en efectivo en las remesadoras sigue siendo la modalidad predominante de envíos, aunque cana les digitales aumentan su participación. Existen además empresas que utilizan criptomonedas y stable coins para efectuar remesas, lo que no está capturado en las estadísticas oficiales. Esto plantea desafíos para la medición de la balanza de pagos, por lo que el BCCh buscará ampliar la información disponible.
Las TEF en Chile presentan atributos relevantes como disponibilidad inmediata de fondos y altos niveles de interoperabilidad, sin embargo, su uso en comercios sigue siendo limita do. BancoEstado lanzó un modelo de pagos con QR basado en TEF intrabancarias y con menores costos para los comercios que la aceptación de tarjetas. Este modelo tiene alto potencial de adopción, pero su alcance para ampliar los pagos con TEF a los comercios podría ser mayor si fuera interoperable con cuen tas de otras entidades financieras. Al respecto, se estima que, si bien el desarrollo alcanzado en Chile es destacado a nivel internacional, se requiere seguir avanzado en el desarrollo de pagos instantáneos.
Siguiendo ejemplos internacionales, en Chile se podrá pagar el transporte público con tarjetas abiertas sin contacto. Esto facilitará el acceso y aumentará el uso de medios de pago digitales. El BCCh ha propuesto ajustes normativos para permitir validaciones fuera de línea y conciliaciones posteriores, necesarias para el funcionamiento eficiente de esta modalidad de pago. La normativa definitiva se publicará próximamente.
Nueva legislación publicada durante 2024 introduce medidas que vinculan pagos digitales con obligaciones tributarias, como límites al uso de efectivo, reportes de TEF a la autoridad tribu taria y un régimen tributario especial para feriantes. Estas medidas podrían incentivar o desincentivar el uso de pagos digitales, y por consiguiente el efectivo, dependiendo de la respuesta de los comercios a las mismas.
Las denuncias por fraude han disminuido respecto de su máximo en 2024, aunque aumentaron levemente en el primer semestre de 2025. Las denuncias por fraude en giros de cajeros automáticos han caído drásticamente, mientras que las tarjetas de crédito concentran la mayoría de los montos denunciados. Las modificaciones a la ley de fraudes de 2024 y las nuevas normas de la CMF han contribuido a esta mejora, aunque persisten desafíos.
INFRAESTRUCTURAS DE COMPENSACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE PAGOS
Las Infraestructuras del Mercado Financiero (IMF) cumplen un rol esencial en la estabilidad del sistema financiero. Esencialmente, las IMF corresponden al conjunto de entidades que desarrollan las funciones de aceptación, compensación, liquidación y registro de pagos entre distintos actores econó micos. Estas infraestructuras permiten gestionar riesgos financieros, operacionales, y legales, y se diseñan según el tipo de transacciones que procesan, ya sean interbancarias, minoristas o de mercado de capitales.
La incorporación de nuevas Cámaras de Compensación de Pagos de Bajo Valor (CPBV) ha am pliado significativamente la red de infraestructuras disponible en Chile, tradicionalmente cons tituida por infraestructuras de pagos de alto valor. Los esfuerzos en el desarrollo de IMFs hasta ahora se focalizaban en aquellas asociadas a pagos de alto valor y operaciones de mercado, tales como valores de renta fija, renta variable, acciones y operaciones cambiarias. En la medida que la relevancia de los pagos de bajo valor en la economía ha ido aumentando, también ha aumentado la prioridad de fortalecer la regulación de infraestructuras minoristas.
La regulación para CPBV, emitida por el BCCh en 2022, ha sido implementada de acuer do con lo esperado. Desde 2024, la CPBV operada por la empresa Centro de Compensación Auto matizado (CCA) procesa transferencias electrónicas de fondos y pagos tipo batch. Esta cámara opera bajo estándares internacionales y su integración con el Sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real (Sis tema LBTR) ha permitido mejorar la eficiencia en el uso de liquidez y fortalecer la resiliencia operativa del sistema de pagos minorista. Próximamente se sumarán las CPBV de los principales esquemas de tarjetas.
La importancia sistémica de las infraestructuras depende tanto del valor como del volu men de las operaciones que procesan. Mientras las infraestructuras mayoristas concentran pa gos de alto valor y bajo volumen, con alta exposición sistémica y potenciales efectos de contagio, las minoristas procesan grandes volúmenes de pagos cotidianos de menor valor entre personas y em presas, cuya interrupción puede afectar temporalmente el normal funcionamiento de la economía. Por ello, ambas requieren de marcos regulatorios diferenciados, pero igualmente sólidos y robustos.
En el desarrollo de infraestructuras de pagos minoristas Chile ha seguido una estra tegia basada en la colaboración público-privada. Se ha priorizado el procesamiento de pa gos minoristas a través de cámaras de compensación especializadas con liquidación neta diferida en el Sistema LBTR. Con ello, se busca contener riesgos operacionales y de ciberseguridad, al tiempo que se optimiza el uso de liquidez mediante ciclos de compensación distribuidos a lo largo del día. Esta estrate gia difiere de la seguida en otras jurisdicciones, donde se han implementado sistemas de pagos in mediatos operados directamente por el banco central, los que no se encuentran exentos de riesgos.
En materia de desarrollos de política, el BCCh avanza en una agenda de modernización del Sistema LBTR que incluye desarrollos en diferentes ámbitos. Las iniciativas incluyen facilitar la in corporación de nuevos participantes no bancarios a través de la implementación de la ley que fortalece la resiliencia del sistema financiero, iniciar el proceso de incorporación gradual de la liquidación en este Sistema por parte de las CPBV de los esquemas de tarjetas, e implementar la segunda fase de la migración del Sistema LBTR al estándar ISO 20022, lo que permitirá mejorar la calidad de la información y su eficiencia operativa.
ACTIVOS DIGITALES: POTENCIALES BENEFICIOS, RIESGOS Y DESAFÍOS REGULATORIOS
En los últimos años han surgido nuevas formas de digitalizar activos. Aunque el mercado es incipiente, ha captado un creciente interés de organismos interna cionales, participantes de mercado, y bancos centrales. Una de ellas es la tokeniza ción de activos, que corresponden a activos digitales generados y registrados en plataformas programables (comúnmente, pero no exclusivamente, plataformas de registros distribuidos, o “DLT”). Cada unidad digital del activo o “token”, incorpora la información tradicional del activo subyacente (como bonos, acciones o bienes raíces), pudiendo incluir las reglas aplicables a dicho activo (como reglas de transferencia).
El crecimiento de estos activos digitales podría implicar beneficios potenciales, pero también revisten riesgos para la estabilidad financiera. Entre los beneficios potenciales, destaca la posibili dad de fraccionar activos, facilitando el acceso a nuevos inversionistas, y eventuales ganancias de eficien cia en algunos procesos. Entre los riesgos se incluyen la posibilidad de arbitraje regulatorio, el debilitamien to de las funciones clave de los intermediarios tradicionales y la fragmentación de sistemas transaccionales.
La liquidación de activos tokenizados plantea desafíos adicionales. Aunque pue den liquidarse fuera de plataformas DLT, su eficiencia mejora cuando el instrumento de pago tam bién está tokenizado. En ese contexto, las stablecoins han ganado protagonismo, aunque presen tan riesgos de mantener su paridad, liquidez y transmisión de shocks entre mercados. Las monedas digitales de bancos centrales (MDBC) y los depósitos tokenizados surgen como alternativas más segu ras, pero su adopción implicaría cambios en el rol de los bancos centrales y las infraestructuras actuales.
A nivel internacional, la regulación ha comenzado a adaptarse. Diversas jurisdicciones han es tablecido marcos regulatorios para stablecoins y activos tokenizados, con foco en transparencia, res paldo de activos y límites operacionales. En Chile, el BCCh se encuentra desarrollando una prue ba de concepto de MDBC con fines exploratorios, y la Ley Fintec entrega lineamientos para regular criptoactivos y stablecoins emitidas por entidades autorizadas. Estas iniciativas buscan anticiparse a po sibles transformaciones del sistema financiero, fortaleciendo capacidades regulatorias y tecnológicas.