La crucial capacidad de los bosques europeos para absorber dióxido de carbono de la atmósfera ha disminuido en la última década, por la extracción de madera y el envejecimiento de los árboles.
Los hallazgos, publicados en Nature por un estudio oficial de la Comisión Europea, se basan en datos de observación de la Tierra respaldados por la ESA, incluidos los de los proyectos RECCAP-2 y DeepFeatures de la Iniciativa sobre el Cambio Climático. Estos conjuntos de datos ofrecen una visión detallada de cómo se mueve el carbono entre el suelo, los árboles y la atmósfera.
Los bosques cubren alrededor del 40 % del territorio de la UE y, entre 1990 y 2022, absorbieron aproximadamente el 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del bloque procedentes de la actividad humana. Sin embargo, este sumidero natural de carbono se está reduciendo, lo que reduce su capacidad para absorber carbono de la atmósfera.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera por los bosques y el uso del suelo ha disminuido en los últimos 10 años, "principalmente como resultado del aumento de la extracción de madera y la menor captura de carbono por el envejecimiento de los bosques".
UN 27% DE DISMINUCIÓN
La AEMA afirma que el sumidero de carbono forestal promedio entre 2020 y 2022 disminuyó aproximadamente un 27 % en comparación con el sumidero promedio entre 2010 y 2014. Además de la tala y el envejecimiento de los árboles, el declive también se debe a sequías más frecuentes, olas de calor, eventos disruptivos como plagas de insectos, incendios forestales y enfermedades de las plantas.
El estudio describe las prioridades urgentes para subsanar las deficiencias de conocimiento mediante un seguimiento más preciso de los flujos de carbono y la modelización del impacto de las condiciones meteorológicas extremas.
Los investigadores también destacan la necesidad de datos forestales estandarizados y transparentes en toda la UE, así como de nuevas herramientas para anticipar las consecuencias a largo plazo de las intervenciones climáticas, como la plantación de nuevos bosques.