Una hepatóloga destaca que el tratamiento de la hepatitis autoinmune se puede personalizar

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La hepatóloga en el Hospital Clínic de Barcelona María Carlota Londoño ha explicado que, pese a que no existe una herramienta o unas guías para la personalización del tratamiento de hepatitis autoinmune, este se puede individualizar en función de las características del paciente y según ciertos criterios clínicos.



Este ha sido el punto principal que se ha tratado en la ponencia 'Tratamiento personalizado de la hepatitis autoinmune', de la Mesa de enfermedad hepática autoinmune que tuvo lugar durante la celebración del 84º Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), celebrado en Bilbao, de la mano de Londoño.



En este sentido, en el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, la experta ha explicado que, aunque las guías no abordan explícitamente la personalización del tratamiento y lo presentan como un único tratamiento estandarizado para todos los pacientes, existen diversos factores que los especialistas pueden considerar para adaptar el tratamiento a las características individuales del paciente.



Estos factores incluyen la edad del paciente y la presencia de comorbilidades asociadas, "ya que no es lo mismo tratar a una persona joven que una persona mayor o un anciano que tiene, a lo mejor otras comorbilidades", como, por ejemplo, hipertensión, diabetes, osteoporosis "que hacen que tengamos que utilizar unas dosis más bajas de corticoides", declara la experta.



Otro criterio para tener en cuenta es la forma de presentación de la hepatitis autoinmune, que puede ser crónica, aguda o aguda-grave, "en este último caso los pacientes necesitan dosis más altas de corticoides desde el principio, por ejemplo". Además, hay que tener en cuenta si el paciente está en edad gestacional o tiene deseo gestacional ya que "aquí la elección de los fármacos a emplear debe ajustarse a estas características".



Existen casos en los que el paciente no responde al tratamiento de primera línea y "aquí se puede individualizar el tratamiento de segunda línea en función de las características del paciente" teniendo siempre en cuenta "si tiene alguna otra comorbilidad autoinmune, o alguna comorbilidad no autoinmune como insuficiencia renal o diabetes, entre otras". Todo esto llevará a tomar una decisión aún más personalizada para tratar a ese paciente en particular.



Aquí, la hepatóloga indica que es importante resaltar que "esta personalización del tratamiento siempre estará sujeta a criterio del especialista" y que el objetivo principal del manejo de este tipo de enfermedad es lograr una respuesta bioquímica completa con la normalización de las transaminasas y los niveles de Inmunoglobulina G: "Esto lo conseguimos cuando obtenemos una analítica completamente normal". Esto último no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también se asocia con una mayor supervivencia a largo plazo.



Asimismo, la hepatitis autoinmune es una enfermedad que siempre requiere terapia, es decir, "es imprescindible que todos los pacientes diagnosticados sigan un tratamiento", incluso aquellos que presentan cirrosis descompensada, destaca la experta.



En estos casos existen dudas sobre la efectividad del tratamiento. De hecho, recientemente, se ha publicado un estudio multicéntrico realizado dentro del registro COLHAI, en colaboración con el Grupo Internacional de Hepatitis Autoinmune y la Red Europea de Enfermedades Raras (ERN-LIVER), en el que se han identificado factores clave que permiten determinar qué pacientes con cirrosis descompensada se beneficiarán de recibir tratamiento inmunosupresor. Entre los factores más relevantes se encuentran la presencia o no de encefalopatía y el MELD-sodio, que ayudan a predecir el beneficio del tratamiento en este tipo de pacientes.




europapress