MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) - El líder opositor, Lee Jae Myung, ha tomado posesión este miércoles como nuevo presidente de Corea del Sur con un discurso ante el Parlamento en el que ha abogado por "curar las heridas" de la crisis política desatada por el intento de su predecesor, Yoon Suk Yeol, de imponer la ley marcial en 2024 y ha defendido la necesidad de "mantener abiertos los canales de diálogo" con Corea del Norte para "lograr la paz en la península de Corea".
Lee, declarado vencedor de las elecciones celebradas el martes, ha destacado el "enorme sentido de responsabilidad" que recae ahora sobre sus hombros y ha prometido trabajar "por una república verdaderamente democrática" y "revivir el crecimiento para construir un mañana en el que todo el mundo pueda vivir feliz".
"Construiré una nación segura y pacífica. La seguridad y la paz son los pilares de la felicidad pública. La seguridad es pan y la paz es economía", ha dicho. "Sanaremos las heridas de la división y la guerra y diseñaremos un futuro de paz y prosperidad", ha subrayado en su discurso, según ha recogido el diario 'The Korea Times'.
"Ninguna paz es demasiado cara, siempre es mejor que la guerra. Mejor que ganar una guerra es evitarla y la mejor seguridad es una paz que elimine la necesidad de una guerra", ha argumentado Lee, quien ha dicho que el presupuesto militar y los lazos con Estados Unidos permitirán "disuadir las amenazas nucleares y las provocaciones militares mientras se mantienen abiertos los canales de diálogo para lograr la paz en la península de Corea".
En este sentido, ha resaltado que "es momento de recuperar la seguridad nacional y la paz, que han sido reducidas a armas políticas; reconstruir los sustentos y la economía, que se han derrumbado bajo la indiferencia, la incompetencia y la irresponsabilidad; y restaurar la democracia, devastada por vehículos blindados y fusiles automáticos".
"Es momento de reducir las divisiones y el odio a través de la coexistencia, la reconciliación y la solidaridad", ha manifestado el nuevo presidente surcoreano, quien ha prometido que "responderá al llamamiento urgente para sembrar las semillas de la esperanza entre heridas profundas y dolorosas y construir una nación completamente nueva".
De esta forma, ha prometido "trabajar para todos" como "presidente de todos", independientemente de "a quién haya apoyado cada uno en estas elecciones", al tiempo que ha esgrimido que el país "ha abierto un nuevo capítulo en la historia global de la democracia tras resistir a un golpe militar no con la fuerza, sino con las manos desnudas".
"El mundo observa con asombro cómo el pueblo de Corea (del Sur) se embarca en este extraordinario viaje, demostrando su extraordinaria capacidad. Estamos en un punto de inflexión clave de gran transformación", ha argüido Lee, quien ha incidido en que "el antiguo orden se difumina y un nuevo giro global a nivel civilizatorio está en marcha".
Así, ha explicado que "los rápidos cambios en el orden internacional", entre los que ha enumerado "el proteccionismo y las cadenas de suministro restructuradas", suponen "una amenaza para la supervivencia", mientras que "la crisis climática amenaza a la humanidad" y "la transformación industrial supone una presión sobre todos".
"Lamentablemente, hacemos frente a una compleja red de crisis superpuestas en todos los ámbitos: sustento, economía, diplomacia, seguridad nacional y democracia", ha advertido. "El presente y el futuro de nuestro país están amenazados", ha reseñado, antes de insistir en que "restaurar la vida de unos ciudadanos cansados y reconstruir la democracia, la paz y la dignidad nacional requerirá un nivel inimaginable de sudor, lágrimas y paciencia".
UN GOBIERNO DE "FLEXIBILIDAD PRAGMÁTICA"
Por ello, Lee ha recalcado que una de las principales tareas que acometerá será la de "revivir la economía", incluido "el lanzamiento inmediato de un grupo de trabajo de emergencia para hacer frente al estancamiento económico e iniciar un círculo económico virtuoso usando las finanzas estatales como fuente principal".
"La nueva Administración democrática (...) será un Gobierno de integración justa y flexibilidad pragmática", ha explicado el nuevo mandatario, quien ha puntualizado que "la unidad es el signo de la competencia, mientras que la división es la consecuencia de la incompetencia".
"Sólo aquellos sin voluntad o capacidad de mejorar la vida azuzan la división y el odio para mantenerse en el poder. Seré un presidente que ponga fin a las políticas de división y supere las crisis a través de la unidad nacional", ha adelantado, antes de insistir en que "nunca más debe una rebelión privar al pueblo de su soberanía a través de las armas que deben protegerlo".
Lee ha prometido por ello una "investigación exhaustiva" sobre el intento de Yoon de imponer la ley marcial --que llevó a su destitución y la convocatoria de elecciones-- con el objetivo de "hacer que los responsables rindan cuentas" y "establecer firmes salvaguardas contra una repetición (de estos hechos)".
"Restableceremos el diálogo y la comunicación a partir de los valores de coexistencia y unidad, y revitalizaremos una política basada en el compromiso y la concesión. Releguemos las ideologías obsoletas al museo de la historia. De ahora en adelante, no habrá problemas de progresistas o conservadores, solo problemas del pueblo y de Corea del Sur", ha defendido.
En esta línea, ha abundado en que su Gobierno "será pragmático y orientado al mercado" y ha apuntado que "la innovación y el nuevo crecimiento únicamente son posibles en una nación en la que las condiciones básicas de vida están garantizadas para todos y donde hay redes de seguridad social robustas que permiten hacer frente a grandes desafíos".
"A través de una diplomática práctica centrada en los intereses nacionales, convertiremos la agitación mundial en la economía y la seguridad en una oportunidad para maximizar el interés nacional", ha prometido, antes de recalcar que Seúl "reforzará" sus lazos con Estados Unidos y "fortalecerá" la "cooperación trilateral" con Washington y Tokio.
Por último, ha destacado que "la recuperación y el crecimiento sirven a un propósito, que es la felicidad del pueblo". "Construyamos juntos una república verdaderamente democrática donde la fuerza de la nación esté dedicada al pueblo. Superemos las diferencias, respetemos a los otros y avancemos juntos", ha zanjado Lee.
NOMINACIÓN DE UN NUEVO PRIMER MINISTRO
Por otra parte, Lee ha nominado a Kim Min Seok, uno de sus principales asesores y el jefe de su campaña electoral, como nuevo primer ministro, en su primera designación desde su toma de posesión. Kim, un antiguo activista y parlamentario durante cuatro mandatos, debe lograr el apoyo del Parlamento.
"Kim aporta una amplia experiencia legislativa, un sólido conocimiento de las políticas en temas de bienestar público, una perspectiva internacional y un liderazgo político unificador", ha defendido el nuevo presidente, que ha recalcado que su asesor "es la persona adecuada para liderar la nación en tiempos de crisis y restaurar la economía popular".
El mandatario ha anunciado además la nominación de Kang Hoon Sik como jefe de su oficina, mientras que Wi Sung Lac ha sido nombrado asesor de Seguridad Nacional y Lee Jong Seok, quien fuera ministro de Unificación, ha sido nominado como jefe de los servicios de Inteligencia.
Lee --una figura que ha ganado notoriedad durante los últimos años tras sufrir un apuñalamiento y salir a la calle para hacer frente al Ejército durante la proclamación de la ley marcial-- se hizo con la victoria en las urnas al recabar el 49,20 por ciento de los apoyos, frente al 41,46 por ciento de los respaldos obtenidos por el candidato conservador, Kim Moon Soon, del Partido del Poder Popular (PPP).