El ECDC apuesta por fortalecer la comunicación y mejorar la confianza pública frente a futuros desafíos sanitarios

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El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado un informe para trazar el camino hacia una mayor resiliencia frente a futuros desafíos sanitarios, y en el que se apuesta por fortalecer la comunicación y mejorar la confianza pública.



La mejora de la capacidad de difusión y mensajería permitirán una comunicación "clara y oportuna" con la población, enfocándose especialmente en las personas mayores, los jóvenes y grupos vulnerables, lo que servirá para combatir las noticias falsas y la desinformación



Del mismo modo, se reforzará la experiencia interna en la recopilación y análisis de datos, así como su capacidad para colaborar y trabajar con fuentes de datos fiables, particularmente con instituciones públicas.



El organismo también invertirá en "experiencia especializada", para lo que asignará recursos a equipos dedicados a cuestiones como el cambio climático, la ciencia del comportamiento, la economía de la salud, el modelado de datos y la Inteligencia Artificial (IA).



Involucrar en la respuesta a desafíos sanitarios a las comunidades vulnerables forma parte de la hoja de ruta del ECDC, para lo que fomentará las relaciones con las poblaciones locales de mayor riesgo, garantizando así un asesoramiento accesible, confiable y práctico.



Asimismo, se promoverá la colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismo de salud pública, todo ello con el objetivo de construir una red de respuesta "interconectada y resiliente" en Europa y en el resto del mundo.



DESAFÍOS MÁS RECURRENTES


Esta serie de medidas pretenden hacer frente a una serie de desafíos identificados en el marco de una iniciativa que comenzó en 2022, y que buscaba considerar escenarios futuros plausibles e identificar acciones para afrontar amenazas emergentes.



El cambio climático es uno de los desafíos más recurrentes en este análisis, y es que cada escenario muestra su impacto "persistente y cada vez mayor", pues el aumento de las temperaturas y la alteración de los ecosistemas incrementan el riesgo de las enfermedades transmitidas por vectores y zoonóticas, así como enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua.



Por todo ello, el ECDC ha insistido en la necesidad de implementar estrategias basadas en 'One Health (Una sola salud), que vinculen la salud humana, animal y ambiental.



Otro reto identificado es la prevención de enfermedades, pues la pérdida de confianza pública, la fragmentación social y el desinterés en la prevención motivado por el lucro, así como la desinformación, pueden dificultar la implantación de medidas preventivas como la vacunación y la comunicación sanitaria.



Otros factores como el envejecimiento de la población, la profundización de las desigualdades sociales y la reducción del acceso a la atención sanitaria podrían sobrecargar los sistemas de salud existentes, creando un terreno "fértil" para brotes de enfermedades infecciosas.



De hecho, el organismo ha pronosticado que los grupos vulnerables como las personas mayores, las personas socialmente desfavorecidas y las personas con problemas de salud mental "serán más numerosos y diversos".



Aunque la tecnología y la digitalización tienen el poder de transformar la vigilancia y la atención médica, los especialistas del ECDC han recalcado que también conllevarán riesgos, logrando identificar escenarios en los que se podrá disponer de grandes cantidades de datos, así como otros en los que el acceso a los mismos podría verse restringido.



"Las tecnologías emergentes, como la IA, también presentan oportunidades y amenazas para el monitoreo y la respuesta a las enfermedades", reza el informe.



Por último, el ECDC ha señalado que los futuros cambios en la gobernanza generan una "gran incertidumbre" para las autoridades de salud pública, y creen que tanto la estructura como la influencia del propio organismo podrían verse "significativamente" afectadas.




europapress