La misión Juno de la NASA se adentra en la superficie de Júpiter e Ío

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JunoCam, la cámara de luz visible a bordo de la nave Juno de la NASA, capturó esta vista en color mejorado de las altas latitudes del norte de Júpiter desde una altitud de aproximadamente 58.000 kilómetros el 28 de enero de 2025

Nuevos datos de la nave Juno de la NASA arrojan luz sobre los fuertes vientos y ciclones de las regiones septentrionales de Júpiter y la actividad volcánica en su ardiente luna Io.



Los datos no solo han ayudado a desarrollar un nuevo modelo para comprender mejor la rápida corriente en chorro que rodea el polo norte de Júpiter, plagado de ciclones, sino que también revelan por primera vez el perfil de temperatura del subsuelo de Ío, lo que proporciona información sobre la estructura interna y la actividad volcánica de la luna.



Los miembros del equipo presentaron los hallazgos en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias.



"Todo en Júpiter es extremo. El planeta alberga ciclones polares gigantescos, más grandes que Australia, intensas corrientes en chorro, el cuerpo más volcánico de nuestro sistema solar, la aurora más potente y los cinturones de radiación más intensos", afirmó en un comunicado Scott Bolton, investigador principal de Juno en el SwRI (Southwest Research Institute). "A medida que la órbita de Juno nos lleva a nuevas regiones del complejo sistema de Júpiter, observamos con mayor detalle la inmensidad de energía que este gigante gaseoso posee".



Si bien el radiómetro de microondas (MWR) de Juno fue diseñado para observar bajo las nubes de Júpiter, el equipo también ha enfocado el instrumento en Ío, combinando sus datos con los del Mapeador de Auroras Infrarrojas Jovianas (JIRAM) para obtener información más detallada.



MAGMA ENFRÍANDOSE BAJO EL SUELO DE IO


Al incorporar los datos del MWR con las imágenes infrarrojas de JIRAM se logró sorpredente evidencia de magma aún caliente, aún no solidificado, bajo la corteza enfriada de Ío. En todas las latitudes y longitudes, se observaron flujos de lava en enfriamiento.



Los datos sugieren que aproximadamente el 10 % de la superficie lunar presenta estos restos de lava que se enfría lentamente justo debajo de la superficie. El resultado podría ayudar a comprender cómo la luna renueva su superficie tan rápidamente, así como cómo el calor se mueve desde su interior profundo hacia la superficie.



"Los volcanes, campos de lava y flujos de lava subterráneos de Ío actúan como el radiador de un coche", explicó Brown, "transfiriendo eficientemente el calor del interior a la superficie, enfriándose en el vacío del espacio".



Analizando únicamente los datos de JIRAM, el equipo también determinó que la erupción más enérgica en la historia de Ío (identificada por primera vez por la cámara infrarroja durante el sobrevuelo de Juno el 27 de diciembre de 2024) seguía expulsando lava y cenizas incluso el 2 de marzo. Los científicos de la misión Juno creen que sigue activa hoy en día y esperan más observaciones el 6 de mayo, cuando la nave espacial de energía solar sobrevuele la ardiente luna a una distancia de aproximadamente 89.000 kilómetros.



EL POLO NORTE DE JÚPITER ES 11 GRADOS MÁS FRÍO


En su órbita número 53 (18 de febrero de 2023), Juno inició experimentos de radioocultación para explorar la estructura de la temperatura atmosférica del gigante gaseoso. Con esta técnica, se transmite una señal de radio desde la Tierra a Juno y viceversa, atravesando la atmósfera de Júpiter en ambos tramos del viaje. A medida que las capas atmosféricas del planeta curvan las ondas de radio, los científicos pueden medir con precisión los efectos de esta refracción para obtener información detallada sobre la temperatura y la densidad de la atmósfera.



Hasta la fecha, Juno ha realizado 26 sondeos de radioocultación. Entre los descubrimientos más convincentes, la primera medición de temperatura de la capa estratosférica polar norte de Júpiter revela que la región es unos 11 grados Celsius más fría que sus alrededores y está rodeada por vientos que superan los 161 km/h.



CICLONES POLARES


Los hallazgos recientes del equipo también se centran en los ciclones que azotan el norte de Júpiter. Años de datos recopilados por la cámara de luz visible JunoCam y JIRAM han permitido a los científicos de Juno observar el movimiento a largo plazo del masivo ciclón polar norte de Júpiter y los ocho ciclones que lo rodean. A diferencia de los huracanes terrestres, que suelen ocurrir de forma aislada y en latitudes más bajas, los de Júpiter se limitan a la región polar.



Al rastrear los movimientos de los ciclones a lo largo de múltiples órbitas, los científicos observaron que cada tormenta se desplaza gradualmente hacia el polo debido a un proceso denominado "deriva beta" (la interacción entre la fuerza de Coriolis y el patrón circular de viento del ciclón). Esto es similar a la migración de los huracanes en nuestro planeta, pero los ciclones terrestres se desintegran antes de llegar al polo debido a la falta de aire cálido y húmedo necesario para alimentarlos, así como al debilitamiento de la fuerza de Coriolis cerca de los polos. Además, los ciclones de Júpiter se agrupan al acercarse al polo y su movimiento se ralentiza al interactuar con los ciclones vecinos.



"Estas fuerzas en pugna hacen que los ciclones reboten entre sí de una forma similar a la de los resortes de un sistema mecánico", explicó Yohai Kaspi, coinvestigador de Juno del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel. "Esta interacción no solo estabiliza toda la configuración, sino que también hace que los ciclones oscilen alrededor de sus posiciones centrales, mientras se desplazan lentamente hacia el oeste, en el sentido de las agujas del reloj, alrededor del polo".




europapress