​Plasticidad femenina: mujeres que suman en múltiples dimensiones

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Pia Bartolomu00e9

Las empresas familiares tienen, entre muchas otras virtudes, la capacidad de trascender generaciones, combinando tradición y visión de futuro. Su sostenibilidad, sin embargo, no solo depende de estrategias de negocios o de un buen gobierno corporativo, sino también del manejo del capital humano y la adaptabilidad de sus miembros al ciclo familiar y empresarial. En este contexto, las mujeres desempeñan un rol, muchas veces silencioso, pero profundamente determinante para la cohesión, la continuidad y la estabilidad del legado del fundador/a.


Un estudio de KPMG reveló que solo el 18% de los líderes de empresas familiares en el mundo son mujeres, destacando a Europa y Asia Central como las regiones con mayor presencia femenina en estos roles. En Chile, esa cifra probablemente es menor, aun cuando el 43,2% de la fuerza laboral del país está compuesta por mujeres.


Mientras la mayoría de los hombres suelen concentrarse en los resultados y aspectos técnicos del negocio, las mujeres tenemos la plasticidad para asumir múltiples roles dentro del ecosistema familiar-empresarial. El caso de Multitiendas Corona y las hermanas Malú y Paula Schupper es un ejemplo de ello.


Desde nuestra experiencia, muchas empresas familiares fundadas antes de los años 80 muestran un sesgo machista. No es raro escuchar a mujeres mayores recordar cómo sus padres les decían: “para qué vas a estudiar” o “este es un negocio de hombres”. Y aunque eso pueda parecer un tema del pasado, el patrón persiste, de manera más solapada, lo que resulta difícil de abordar en las mujeres más jóvenes.


Ante este escenario, el aporte femenino ha debido ampliarse hacia otras dimensiones: gestión de vínculos humanos complejos, resolución de conflictos, dinámicas familiares sensibles y la construcción de cohesión entre sus miembros. Este rol, conocido como la Chief Emotional Officer (CEmO), es clave para los Consejos de Familia, espacios vitales para mantener unida a la familia, bajo la premisa de que “si la familia no está bien, el negocio tampoco”.


No obstante, limitar el rol de la mujer solo a lo emocional sería una visión reduccionista. Su contribución va mucho más allá, por ejemplo: la creación y gestión de fundaciones –que, dicho sea de paso, favorece la reputación de la familia empresaria, incluso más que el propio negocio–, junto con el liderazgo en empresas filiales y la gestión de relaciones con distintos stakeholders.


Hemos sido creadas con la maravillosa capacidad de adaptarnos, transformarnos y moldearnos para responder a las circunstancias, los tiempos y los espacios, sin perder nuestra única y particular esencia. Para muchas de nosotras, esta plasticidad ha sido una herramienta valiosa, que nos ha permitido habitar distintos lugares, a veces de forma discreta, pero siempre con la intención de ser un aporte real a nuestra familia, nuestro trabajo o entorno.


Hoy más que nunca, es fundamental visibilizar y valorar la versatilidad de las mujeres, una fortaleza clave para la sostenibilidad de los negocios. Porque, incluso en los momentos más difíciles, la combinación de su visión estratégica, resiliencia y capacidad de articulación ha sido determinante, marcando la diferencia entre la continuidad y la quiebra de un legado.


María Pía Bartolomé V.

Gerente de Proyectos

Proteus Management Consulting

europapress