​Por un súper retorno

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Pia Bartolomé

Se nos vino marzo y, con ello, después de las vacaciones retomamos el rigor del nuevo año con energías recuperadas, algo de calma tras la presión del fin de 2024 y, también, una relativa pausa a los conflictos laborales y el estrés diario.


Son días en que los líderes de las organizaciones y empresas reanudan ciertas prácticas: revisar las metas y compartirlas con el equipo, analizar el año anterior, los KPIs y otros resultados, reflexiones para evitar repetir los mismos errores e identificar logros y aprendizajes; organizar reuniones de kick off con foco más lúdico para alinear al equipo, entre otras prácticas saludables de reinicio de la rutina.


Dentro de este proceso, también habrá espacio para revisar las herramientas y competencias en que nuestra organización presenta vacíos, con el objetivo de cubrirlas con capacitaciones o la asignación de nuevos roles.


En nuestra experiencia, existen ciertas claves relevantes que los líderes deben considerar para evitar que el reinicio del año “real” dé paso a un clima adverso. Las llamamos nuestras “regla de oro” para una buena comunicación dentro de la empresa y que, en muchas ocasiones, los directivos olvidan en medio del entusiasmo del regreso y la ansiedad por recuperar la productividad disminuida en vacaciones. Quizás vuelven más livianos y libres y, ese mismo sentir, puede jugar malas pasadas a los líderes en su forma de comunicar objetivos y análisis.


Primero, si un miembro del equipo quiere emitir un juicio personal sobre la marcha del negocio, es fundamental comenzar con un “A mí me parece…” o “Yo siento que…”, para evitar que la crítica parezca una visión corporativa sobre el problema en cuestión. Esta misma afirmación requiere contexto, información, datos y ejemplos para un mejor entendimiento del equipo. En esa línea, tampoco el líder podría molestarse por los dichos del otro, ya que la conversación debiera sustentarse sobre un espíritu constructivo y de co - creación.


Parece obvio, pero si ud. es parte de la conducción del negocio, es esencial que pueda escuchar antes de responder, con una posición de curiosidad investigadora sobre lo que un integrante de la empresa quiere plantear, para comprender mejor su opinión e, incluso, incorporarla como un tema a resolver en equipo. ¿Más de Perogrullo aún? No interrumpa a los suyos, muestre respeto e interés por los distintos puntos de vista, ya que es muy probable que el periodo de vacaciones y una mayor distancia hayan facilitado la reflexión, e incluso la crítica en sus empleados. Por último, básico en cualquier comunicación asertiva, nunca suponga ni dé nada por sentado, es mil veces mejor hacer contra preguntas amables que declaraciones agresivas y desinformadas.


No dimensionamos cuántas crisis se producen en las relaciones dentro de las empresas al retomar la actividad normal del año. La sensación de libertad y descanso que nos traen las vacaciones pueden llevarnos, también, a distanciarnos de la empatía contenedora con que actuamos durante el año productivo. Incluso, podemos considerarlas para imprimir un espíritu constructivo a toda relación en estos días.


Pienso en las empresas familiares a las que asesoramos: los efectos del descanso estival pueden ser aún más decisivos en el clima entre fundadores y herederos. ¿No es acaso la propia familia nuestra primera empresa, la más importante? Bienvenido marzo y feliz inicio real del año.


M. Pía Bartolomé V.

Psicóloga, Máster en Comportamiento del Consumidor

Gerenta de Proyectos Proteus

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