Desorientación

|

Luis Riveros

Chile vive una etapa de notable desorientación en materia política. Nos gobierna un conglomerado de izquierda, que prometió una transformación radical de nuestra economía y de la propia institucionalidad política, un cierto plan que, sin embargo, transcurría entre slogans y afirmaciones de poco espesor político. Al final del día, ha existido más bien un empuje significativo al funcionamiento de instituciones económicas clave: con el apoyo del gobierno se salvaron las ISAPRES amenazadas con desaparecer producto de una decisión judicial. Asimismo, recientemente se le ha dado un respaldo a las cuestionadas AFPs, entregándoles más recursos y reafirmando la operatoria del sistema previsional vigente, también fortaleciendo al mercado de capitales. Ambas cosas, junto a otras señales como el control de la insurgencia en el Wallmapu y el manejo de la inversión privada en Litio, han entregado una buena señal complementada por un manejo de la inflación regido por las reglas del Banco Central y la obtención de un crecimiento que está por encima, al menos en 2024, de lo previsto. Por cierto persisten severas debilidades de la gestión de gobierno, en muchos casos contradiciendo sus afirmaciones y propuestas: en salud sigue existiendo un severo déficit en atenciones y recursos; en educación continúan los mayores retrasos en el segmento público. También es un severa falta el verdadero descontrol en materia de inmigración ilegal y la inseguridad que domina en todo el país debido a la delincuencia. Y, en general, prevalece un déficit público creciente que se acompaña por una también creciente deuda pública, contradiciendo las propias estimaciones oficiales. Por eso, aunque muchos resultados no son típicamente aquellos de un gobierno de izquierda, los mismos no responden tampoco a las más bien amenazantes declaraciones mantenidas desde un principio.. Como prueba palpable del severo déficit de gestión, está el vergonzoso retraso de la reconstrucción de viviendas producto del incendio de hace un año en la V Región. También están los reprochables episodios de mal uso de recursos público y ausencia de controles suficientes que investiga la justicia. Aún sin un programa, solamente empujado por la fuerza de los hechos, las acciones de este gobierno parecen ser más de lo mismo y levantan dudas a poco andar de las próximas elecciones presidenciales.


Si es desconcertante mirar las acciones del gobierno y de la coalición que le respalda, también lo es el comportamiento de la oposición. Esto, especialmente porque no hay una propuesta concreta diferenciadora de lo que ha constituido el hacer y resultados, hasta ahora, del actual gobierno. Dejando aparte el problema de seguridad y de inmigración ilegal, ambas cuestiones que deben radicar en políticas y procedimientos sobre las cuales se tienen propuestas definidas, no existen ideas claras para resolver los problemas de salud pendientes, especialmente en vistas al financiamiento y la organización del sistema vigente y en un marco de disciplina fiscal. Pero tampoco las hay respecto de pensiones, ni menos en cuanto a educación, que requiere un tratamiento profundo más allá de los aspectos financieros. Hasta ahora, las inexistentes propuestas de la derecha se reducen a comentarios sobre las iniciativas del gobierno, varias de las cuales han además apoyado.


Junto al desencanto, existe una desorientación de la ciudadanía en materia política. Las encuestas marcan una débil posición del gobierno en materia de aprobación, pero la desaprobación no se manifiesta en un respaldo en cuanto a la credibilidad de los partidos políticos, especialmente de la oposición. Esto hace que la próxima elección presidencial sea aún un tema muy abierto. El riesgo será que prime una decisión basada no en las buenas ideas para la marcha del país, sino una decisión marcada por slogans vacíos de contenido, promesas generalistas.


Prof. Luis A. Riveros

Universidad Central

europapress