Conflicto de Estados Unidos con TikTok: ¿Seguridad nacional o rivalidad geopolítica?

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Francisco Pinochet (3)

En los últimos años, TikTok, la popular plataforma de videos cortos desarrollada por la empresa china ByteDance, se ha convertido en un fenómeno global, especialmente entre jóvenes, al ofrecer un espacio dinámico para la creatividad y el entretenimiento. Sin embargo, esta aplicación ha enfrentado un escrutinio sin precedentes por parte del gobierno de Estados Unidos, que ha planteado la posibilidad de bloquearla o incluso obligar a ByteDance a vender sus operaciones en el país. ¿Cuál es el trasfondo de este conflicto y por qué TikTok se ha convertido en el centro de una disputa geopolítica y económica?


El gobierno estadounidense sostiene que TikTok representa una amenaza para su seguridad nacional debido a los vínculos de ByteDance con el gobierno chino. En el corazón de esta preocupación está la Ley de Seguridad Nacional de China, que obliga a las empresas con sede en el país a cooperar con las autoridades en la recopilación de datos si se les solicita. Según Washington, esto podría dar acceso al Partido Comunista Chino (PCCh) a datos sensibles de los usuarios estadounidenses, incluyendo información personal y patrones de comportamiento.


TikTok, que cuenta con más de 150 millones de usuarios en Estados Unidos, recopila una gran cantidad de datos, como cualquier otra aplicación de redes sociales, incluyendo ubicación, preferencias y actividad en línea. Aunque la empresa asegura que los datos de los usuarios estadounidenses se almacenan en servidores fuera de China (con la reciente colaboración de Oracle para reforzar estas medidas), los críticos temen que estos datos puedan ser transferidos al gobierno chino, comprometiendo la privacidad y la seguridad.


Más allá de los datos, existe otro nivel de preocupación: el potencial de TikTok como herramienta de propaganda o influencia política. Al ser una plataforma masiva, TikTok podría, en teoría, ser utilizada para promover narrativas favorables a China, censurar contenido crítico hacia el régimen chino o incluso desinformar en momentos cruciales, como elecciones. Si bien estas preocupaciones son difíciles de demostrar, reflejan el creciente temor de Washington hacia las tecnologías que podrían servir como armas en una guerra de información.


El conflicto con TikTok también debe entenderse en el contexto de la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China. Durante décadas, Estados Unidos lideró el desarrollo y la expansión de las tecnologías digitales, dominando el mercado con gigantes como Facebook, Google y Twitter. Sin embargo, el ascenso de China como potencia tecnológica, con empresas como Huawei, Alibaba y ByteDance, ha desafiado esta hegemonía.


TikTok es la primera red social de origen chino en alcanzar un éxito global comparable al de plataformas estadounidenses. Su popularidad ha desatado preocupaciones económicas, ya que compite directamente con empresas como Meta (Facebook, Instagram) y Alphabet (YouTube), erosionando su cuota de mercado publicitario. Bloquear o forzar la venta de TikTok podría ser visto, por lo tanto, como una estrategia para proteger los intereses económicos de Silicon Valley.


El caso de TikTok también resalta un debate más amplio sobre la soberanía digital. En un mundo cada vez más interconectado, los datos se han convertido en un recurso estratégico, lo que ha llevado a los gobiernos a intentar controlar el flujo de información en sus territorios. Estados Unidos no es el único país que ha expresado inquietudes sobre TikTok; la India, por ejemplo, prohibió la aplicación en 2020, citando razones de seguridad nacional tras tensiones fronterizas con China.


Sin embargo, las medidas contra TikTok plantean preguntas sobre la consistencia de las políticas estadounidenses. Empresas como Meta y Google también manejan enormes cantidades de datos de usuarios globales y han enfrentado críticas por su papel en la manipulación electoral y la desinformación, pero rara vez han sido objeto de bloqueos. Esto ha llevado a algunos analistas a argumentar que el caso de TikTok refleja un doble estándar impulsado más por intereses geopolíticos que por preocupaciones genuinas de seguridad.


El conflicto entre Estados Unidos y TikTok es mucho más que una disputa sobre una aplicación de videos virales. Representa un punto de inflexión en la competencia entre las dos mayores potencias del mundo. Si TikTok es bloqueado o expulsado, podría sentar un precedente para futuras restricciones en otras tecnologías chinas. Por otro lado, si ByteDance logra implementar medidas que disipen las preocupaciones de Washington, esto podría establecer un modelo para que otras empresas chinas operen en mercados occidentales bajo un marco regulatorio más estricto.


Mientras tanto, los usuarios de TikTok en Estados Unidos enfrentan la posibilidad de perder el acceso a una plataforma que ha transformado el panorama digital y cultural. Esto plantea una tensión entre los intereses de seguridad nacional y los derechos individuales, como la libertad de expresión y acceso a herramientas digitales.


En última instancia, el caso de TikTok es un reflejo de las tensiones más amplias que definirán el siglo XXI: ¿cómo equilibrar la innovación tecnológica, la soberanía nacional y los derechos individuales en un mundo interconectado? La respuesta a esta pregunta determinará no solo el destino de TikTok, sino también el rumbo de la política tecnológica global en los próximos años.


Francisco José Pinochet Cantwell

Doctor en Derecho

Universidad Nacional de Rosario, Argentina

LL.M Trial Advocacy, California Western School of Law

Profesor de Derecho Procesal Civil

Universidad Católica de Chile

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