El Banco Central de China anunció ayer un nuevo recorte de la tasa de instancia, añadiendo el ajuste a un paquete de estímulo monetario comunicado por el organismo en la vípera.
Los tipos para préstamos a un año concedidos a las instituciones financieras fueron reducidos del 2,3 al 2%, una rebaja esperada por el mercado desde el último recorte aplicado en julio pasado.
El ente emisor había dispuesto el lunes último una serie de medidas para reactivar la actividad económica, entre ellas, una operación de recompra inversa por 74.500 millones de yuanes y la reducción del coeficiente de reservas de los bancos, lo que generaba optimismo en los mercados globales.
Desde Julius Baer , en tanto, comentaron que "el conjunto de medidas de flexibilización monetaria por parte del Banco Popular de China (PBoC) es un paso bienvenido hacia un mayor apoyo político para la economía en dificultades. Sin embargo, estas medidas no resolverán el problema de la demanda en la economía china. Las tasas de interés más bajas y la liquidez adicional harán poco para activar la demanda de crédito en el entorno actual de baja confianza y presiones deflacionarias. Por lo tanto, aunque las medidas políticas recién anunciadas son un paso positivo y pueden ayudar a mejorar el sentimiento del mercado, su impacto en la economía real es limitado." La entidad financiera apuntó que "la flexibilización monetaria necesita ser complementada con medidas fiscales efectivas. Hasta ahora, la emisión de bonos gubernamentales se ha acelerado tras un inicio lento a principios de año, pero esto no se ha traducido en una mayor actividad fiscal acomodaticia. Mantenemos nuestras previsiones de crecimiento de 4.5% para 2024 y 4.0% para 2025."
Por lo pronto, Diego Mora, gerente de estudios XTB LATAM, mencionó que "estas políticas, orientadas a impulsar el crecimiento económico del gigante asiático, han tenido un impacto directo en los precios de las materias primas, especialmente el cobre, dado que China es uno de los mayores consumidores de este metal”.