La inseguridad se encuentra presente en muchos países de América Latina, y afecta fundamentalmente la calidad de vida de sus ciudadanos y su desarrollo económico y social. Para este análisis se abordará la problemática de manera global y, de forma particular se analizará el comportamiento de la inseguridad en algunos países de la región, proporcionando de tal forma las experiencias y estrategias que las naciones han desarrollado para enfrentar este fenómeno social.
Los problemas concernientes a la inseguridad no son iguales para todos los países, son realidades diferentes, cada uno tiene su propia lógica y complejidades, por tanto, se destacarán los logros obtenidos, las estrategias desarrolladas y los pendientes que se tienen para ganar definitivamente esta batalla que en momentos se torna crucial para que las naciones de la región alcancen su desarrollo económico y social.
Para ayudar a la comprensión de nuestros lectores sobre el tema que se aborda, es necesario mencionar que a la inseguridad se la puede definir como el estado de vulnerabilidad percibida en el que la familia, una persona o comunidad se encuentran frente a diferentes tipos de amenazas. Por tanto, estas amenazas pueden ser de naturaleza física, como el crimen, asalto, extorsión y, en definitiva, acciones que afectan el bienestar psicológico y la estabilidad económica de muchas familias.
El término que define a la "inseguridad" en las sociedades modernas va más allá de una sensación de temor al caminar por las calles, percepción o preocupación de orden personal. Es una situación muy compleja que tiene diversas aristas sociales, económicas y emocionales, situación que en las últimas décadas ha impactado significativamente en la vida de los individuos, las familias, las empresas y ha jugado un papel protagónico para detener el desarrollo de las sociedades.
Cuando se habla de inseguridad y se lo hace para reseñar los acontecimientos modernos, se piensa de inmediato en una sensación, temor y miedo de circular sea en el día o en la noche por las calles de las ciudades o de las carreteras del país, sea caminando o en vehículo y saber que el peligro acecha con lo cual se corre el riesgo de ser víctima de asalto y más aún caer en manos del sicariato o del crimen organizado. Situación que afecta decididamente en el comportamiento de los individuos en sus actividades cotidianas.
Al hablar de la inseguridad, es necesario tener en cuenta que este problema social involucra también a un orden económico. Implica entonces que este fenómeno hace referencia a la estabilidad y la capacidad que requieren los individuaos en una sociedad, tales como tener garantizado las satisfacciones de las necesidades básicas como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia médica, puesto de empleo, que en definitiva son factores que al estar ausentes, conducen a la incertidumbre financiera y a la discriminación.
La inseguridad en Ecuador ha sido dramática mucho más ahora que en el pasado, Antes se pensaba que en el Ecuador las ciudades más inseguras eran Guayaquil y Quito, pero con el paso del tiempo la situación de criminalidad se ha ido agudizando, tanto que ahora se puede afirmar que no existe un territorio que se le pueda llamar zona segura, ni siquiera en las zonas rurales más alejadas, se puede respirar tranquilidad.
Para combatir la problemática en Ecuador, en el pasado se concentraron en implementar cámaras de seguridad en los barrios de las ciudades, con botón de pánico en colaboración comunitaria, de alguna manera se podría decir que se redujo la inseguridad. Para la actualidad la inseguridad se ha fortalecido, tanto que para el 2023, fuimos uno de los países más violento en la región y uno de los más violentos en el mundo. Fuimos testigo de múltiples asesinatos, entre ellos a candidatos presidenciales, alcaldes entre otros. Por tanto, Para hacerle frente el gobierno ha implementado la denominada “Guerra Interna” que, si bien no ha resuelto el conflicto, de alguna manera se lo ha enfrentado.
Chile es otro país de la región que ha visto crecer la violencia, se sostiene que en la lucha contra la inseguridad hay una guerra que se pierde cada día en las calles. El tema de la inseguridad se ha tomado la agenda legislativa, se ha elevado el financiamiento a la seguridad pública, se han aprobado leyes para frenar la inseguridad, pero contrariamente a esto la inseguridad se vuelve más potente, los sicariatos y secuestros están a la orden del día.
Según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana presentada en 2023, sostiene que la percepción de inseguridad topó un máximo histórico alcanzando el 90,6%. Al mismo tiempo, frente al crecimiento acelerado de la inseguridad, el índice 2023 de la Fundación Paz Ciudadana, señala que el temor a ser víctima del delito se ha triplicado con relación a los últimos cinco años, pasando de 10.4% al 30,5%.
Perú no ha sido ajeno a este fenómeno, ha enfrentado de igual manera un crecimiento de la inseguridad, para ello ha tomado acciones como la modernización de la fuerza policial, y una eficiente acción de los órganos de inteligencia para identificar y combatir el crimen organizado y la corrupción al interior de la fuerza pública, lo que le ha permitido ganar un poco de seguridad, aunque según estadísticas los hechos delictivos en el país, se han incrementado con relación a los últimos dos años, pasó de 10,3% a 27,5%.
En una mirada a tres países de América Latina, se observa que la inseguridad es un problema complejo, sin bien se han implementado estrategias, estas no han sido suficientes. Sin duda que la ruta para alcanzar mayor seguridad depende de las políticas públicas efectivas que adopten los gobernantes. Por tanto, la prevención del delito pasa por abordar las causas y no como se lo ha hecho hasta ahora, abordar los efectos, para ello es necesario implementar políticas de inclusión social, educación para jóvenes en riesgo en donde se involucre a la familia y, sobre todo, promover oportunidades laborales que garantice el desarrollo económico equitativo.
Félix S. Pilay Toala
Profesor Universitario
Analista económico y político
Doctor, Economista, Magister en Administración Pública.
Presidente, RED ICALC, (Red de Investigadores Científicos de América Latina y el Caribe)
Pilayfelix071@gmail.com