Sr. Director:
Crecimos en distinta ciudades y colegios con un padre vestido de uniforme, cariñoso y preocupado, pero que muchas veces se ausentó de cumpleaños, graduaciones o reuniones familiares porque estaba trabajando. Estamos orgullosísimas de una carrera militar que profesó con pasión, obediencia y prontitud por más de tres décadas, para después, una vez en retiro del Ejército, estudiar derecho y titularse de abogado. ¡Un grande! Luego cumplirá 74 años, está casado hace 47 con nuestra mamá y tienen ocho nietos.
Recientemente, fue condenado en primera instancia a 13 años de presidio como cómplice por un lamentable caso ocurrido en 1973, cuando era un joven subteniente. Inocente, sin nada que lo inculpe ni lo sitúe siquiera en el lugar de los hechos, el ministro en visita Álvaro Mesa Latorre dice, tras 10 años de investigación y 10.000 fojas: “No importa la función que cumpliera, el acusado era partidario de una dictadura militar, de un régimen donde se detenía, apremiaba y ejecutaba a personas, luego entonces corresponde imputarle penalmente responsabilidad”.
Se acerca el Día del Padre y, como hijas, no podemos dejar de pensar cómo actuará próximamente la Corte de Apelaciones de Temuco. Hasta ahora, nuestro querido papá ha sido vulnerado en todos sus derechos y discriminado sólo por haber sido militar. ¿Cuántas hijas e hijos más tendremos que seguir sufriendo porque hace 50 años hubo jóvenes que algún día juraron servir fielmente a la Patria?
Claudia Fuentes Bozzolo
Gabriela Fuentes Bozzolo
Viviana Fuentes Bozzolo