Nuestro día a día fluye con la intensidad y rapidez de un mundo globalizado, inmerso en la velocidad de los datos y las redes sociales, corriendo de un lugar a otro, sin dejarnos mucho tiempo para la reflexión, a mirar la historia y menos, para poder recoger las experiencias y enseñanzas que nos legaron insignes compatriotas que han sido capaces de superar sus tiempos y convertirse en referentes que trascienden a épocas y edades.
Ad portas de recordar un nuevo aniversario el 21 de mayo del combate naval de Iquique, creo necesario no dejar pasar la oportunidad de dedicar un par de minutos a la figura del Comandante Arturo Prat Chacón, insigne marino, abogado, profesor y padre de familia, héroe en la gesta militar que ocurriera en el combate naval acaecido en la fecha por celebrar.
No se nace héroe, el héroe se hace cuando cumple una actuación catalogada como valerosa y desinteresada en pos de un fin superior, en este caso, por la Patria. Ese actuar no es el resultado de un razonamiento frío y calculado, el héroe acepta el impulso que lo lleva a arriesgar todo, llegando a ofrendar su vida con el único fin de lograr el bien de otros. El héroe no pertenece a una clase social, raza o religión definida, solamente tiene el privilegio de sentir lo que es bueno y posee la valentía para enfrentar el riesgo.
Pero Arturo Prat ha sido capaz de mostrarnos su impecable actuar en esas otras dimensionas más allá del héroe y el marino.
Como profesional, ávido de alcanzar mayores conocimientos, en paralelo a cumplir sus deberes militares, es capaz de esforzarse y sacrificar de su tiempo libre para acometer con nuevos estudios y titularse en la exigente carrera de abogado. En esta misma dimensión, no podemos dejar de mencionar al ciudadano, desprendido de intereses, que dedicara tiempo a impartir enseñanza gratuita en la escuela para trabajadores “Benjamín Franklin” de Valparaíso.
Como padre de familia y esposo, nunca dejó que las tareas propias de marino y la lejanía de casa, o aquellas abordadas de mutuo propio, afectasen su relación con su esposa Carmela Carvajal, lo que da cuenta las innumerables cartas le refirió en cada momento que pudo como también sus pensamientos hacia ella, que se reflejan en el mensaje le pidió al guardiamarina Zegers le hiciera llegar poco antes de saltar al abordaje y a la gloria.
Los breves aspectos señalados son algunos dentro de muchos otros que hacen que Arturo Prat alcance esa dimensión de un héroe que no solo enorgullece el sentirse chileno, sino que además se levanta como figura reconocida más allá de nuestras fronteras. En la Escuela Naval de Japón se mantiene en su patio principal los bustos de aquellos que, a su entender, son los tres más insignes marinos de la historia mundial, reconociendo en este sitial al almirante japonés Heihachiro Togo, al almirante inglés Horatio Nelson y al Capitán de Fragata chileno Arturo Prat.
Los héroes estimulan el sentido de pertenencia, porque nos hacen sentir orgullosos de ser parte de una estirpe gloriosa, nos sirven de referente para nuestro actuar y para comparar lo realizado por ellos con los desafíos debemos enfrentar en nuestro actuar cotidiano y, por respeto a su memoria y sacrificio por nosotros, a trabajar por un Chile mejor a heredar a las futuras generaciones.
Leonardo Quijarro
Profesor Residente Academia de Guerra Naval
Docente Investigador del Centro de Estudios Navales y Marítimos (CENAM)