Se requieren más y mejores incentivos para la inversión en obra pública

|

AMERICO IBARRA (1)


La economía chilena ha experimentado una desaceleración en las últimas décadas, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que ha disminuido desde principios de los años 2000. A pesar de un impulso tras la pandemia, el crecimiento del PIB fue solo del 2,4% en 2022 y del 0,2% en 2023. Para 2024, las estimaciones oficiales prevén un crecimiento del PIB entre un rango del 2 y el 3%, influenciado por el componente "consumo de hogares", que enfrentaría condiciones financieras algo más favorables, un incremento de los salarios reales y del empleo.


Sin embargo, a pesar de las mejoras en las expectativas económicas durante el año 2024 y de las medidas implementadas por el banco central para estimular el crecimiento y controlar la inflación, el sector de la construcción no ha seguido la misma tendencia positiva. En materia de obra pública, los datos dan cuenta que este no logra contribuir lo suficiente para garantizar un crecimiento sostenido y saludable. En efecto, en el último ejercicio presupuestario (2023) se ejecutó solo un 84,4% de lo autorizado en la Ley de Presupuestos, lo que no fue una buena noticia. Para el presente año y para impulsar el crecimiento, el presupuesto del Ministerio de Obras Públicas (MOP) en el subtítulo 31 experimentó un incremento del 12,7% (MM$ 3.675.537); sin embargo, con una tasa de aplicación similar a la del año anterior, nada garantizaría una contribución al crecimiento y el empleo. Menos aun cuando al final del primer trimestre solo se han ejecutado un 11,8% de los recursos (MM$ 436.990), cifra levemente superior a la ejecución trimestral 2023 (8%).


En este contexto, el ejecutivo ha anunciado algunas medidas que podrían ayudar a impulsar la economía, como la inclusión de modificaciones al reglamento de contratistas para agilizar la gestión de contratos y la anticipación de recursos para la ejecución de infraestructura.


La situación económica actual de Chile presenta desafíos significativos que requieren una respuesta proactiva y coordinada por parte de las autoridades. Es fundamental que se implementen políticas efectivas que impulsen el crecimiento sostenido y equitativo en todos los sectores, incluyendo la construcción. La inversión en infraestructura y el fomento de la inversión privada son aspectos clave que deben abordarse con urgencia para estimular la actividad económica y generar empleo.


Además, es crucial mejorar la eficiencia en la ejecución de los proyectos de obra pública, garantizando una mayor transparencia y agilidad en los procesos de contratación y ejecución. La colaboración entre el sector público y privado también es esencial para promover la innovación y la competitividad en la industria de la construcción.


La economía chilena enfrenta retos importantes en el sector de la construcción que requieren medidas concretas y efectivas para estimular el crecimiento y la inversión y por tanto es imperativo que el gobierno adopte estrategias innovadoras y colaborativas para impulsar la industria de la construcción y contribuir al desarrollo económico sostenible del país.


Américo Ibarra Lara

Director Observatorio en Política Pública y Territorio

Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido

Universidad de Santiago de Chile

europapress