Seguridad Laboral

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el 28 de abril como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Esta iniciativa busca fomentar la prevención de accidentes laborales y enfermedades profesionales a nivel global, como parte de una estrategia más amplia para resaltar la importancia de cultivar una cultura de seguridad en el trabajo.

Según cifras de la OIT más de 2.78 millones de trabajadores mueren cada año como consecuencia de accidentes y enfermedades laborales, y otros 317 millones sufren lesiones relacionadas con el trabajo. Además, la OIT y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que el 4% del PIB mundial se pierde debido a accidentes y enfermedades profesionales.

Hoy en día a nivel global muchas empresas, bajo el paragua de la "ESG" (Environmental, Social and Governance) hacen grandes esfuerzos por abordar temas vinculados a la protección del medioambiente. Esto es una muy buena noticia, pero este concepto no debe limitarse a esto, debiendo abordar con la misma determinación las materias de salud ocupacional. La seguridad laboral carece de la cobertura mediática de los temas ambientales, sin embargo, comparten características significativas, ya que están presentes a nivel mundial, tienen como objetivo central la protección de bienes jurídicos importantes, poseen el potencial de generar litigiosidad y afectan profundamente la reputación de las empresas, con graves consecuencias para las personas y la sociedad.

Los incidentes que afectan las condiciones de seguridad tienen un alto costo económico para las empresas, asociado a una tendencia de endurecer las multas o indemnizaciones cuando hay infracciones en la materia. Actualmente, la nueva Ley N° 21.595 sobre delitos económicos incluye delitos con implicancias laborales, que bajo ciertos supuestos, puede generar responsabilidad penal de los representantes de las empresas. Lo anterior, sumado al auge de la “ESG”, debería ser una gran oportunidad para generar conciencia sobre los beneficios que implica gestionar adecuadamente la seguridad ocupacional y avanzar profundamente en la visibilidad, difusión y, lo más importante, adquirir un compromiso sincero en crear ambientes de trabajo seguro. Por otra parte, para alcanzar este preciado objetivo, es necesario que el Estado, como actor clave, se haga presente a través de una regulación y fiscalización eficiente. velando por la protección de los trabajadores, y a la vez por el desarrollo económico.

César Ravinet Muñoz

Abogado

SST Legal